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Bossi dimite tras el escándalo de financiación de la Liga Norte

La investigación de las Fiscalías de Nápoles, Milán y Reggio Calabria contra el tesorero del partido fuerzan la renuncia 'irrevocable' del mítico político separatista

DANIEL DEL PINO

Umberto Bossi presentó esta tarde su dimisión como secretario general de la Liga Norte tras verse envuelto en el escándalo que destaparon esta semana las Fiscalías de Nápoles, Milán y Reggio Calabria sobre los presuntos delitos de financiación ilegal, blanqueo de dinero, fraude, apropiación indebida y relación con la 'Ndrangheta de los que está acusado el extesorero del partido, Francesco Belsito.

La renuncia 'irrevocable' de Bossi se ha producido durante la reunión que celebró el Comité Federal de la Liga. Según recogen los medios, Bossi habría dicho a la plana mayor del partido que dimite 'por el bien del movimiento y de los militantes. La prioridad es el bien de la Liga y continuar la batalla'.

El Comité ha decidido que por el momento el partido sea dirigido por los exministros Roberto Maroni y Roberto Calderoli, y por Manuela del Lago, hasta la celebración del próximo congreso el próximo otoño. 

Maroni que ha definido la decisión de Bossi como 'dolorosa', se convierte por la vía rápida en e principal candidato para liderar a los leguistas.

El pasado martes, en una operación conjunta de las tres Fiscalías, los agentes de la Guardia de Finanzas y los Carabinieri registraron la sede del partido en busca de pruebas contra las actividades ilegales de las que se acusan a Belsito.

El tesorero está siendo investigado por haber desviado seis millones de euros a Tanzania de los fondos que el Estado concede a los partidos como reembolso por los costes que afrontan durante las elecciones. También es sospechoso, según los fiscales, de hacer negocios con algunos empresarios en Lombardía y Campania, emitiendo facturas falsas para lavar dinero negro de la Liga.

Por último, según los fiscales, Belsito ha mantenido relaciones económicas poco transparentes en los últimos diez años con Romolo Girardelli, empresario también investigado por reciclaje y asociación mafiosa, y considerado el ‘lava dinero’ de la ‘Ndrangheta, la mafia calabresa, en el Norte de Italia.

Dicho dinero que el Estado devuelve a las formaciones políticas, al provenir de los impuestos de los italianos, solo puede ser empleado para financiar las actividades del partido. 

El solo hecho de que Bossi nombrara personalmente tesorero a Belsito ya habría sido motivo suficiente para que se le forzara a la dimisión. Pero a medida que ha avanzado la semana han emergido una serie de detalles que ponen al exaliado histórico de Silvio Berlusconi en un aprieto.

Bossi y su familia habrían usado el dinero del partido para financiar sus actividades privadas Ayer, Il Corriere della Sera publicó la transcripción de varios pinchazos telefónicos a Belsito mientras hablaba con la secretaria de la Liga, Nadia Dragada. La mujer le sugiere que guarde copias de todas las facturas si no quiere tener problemas. ¿Copias de qué facturas? A medida que avanza la conversación queda todo más claro.

Bossi, sus familiares y la vicepresidenta del Senado, Rosi Mauro, se llevaron grandes sumas de dinero de las arcas del partido. En concreto, se habla del pago tres títulos universitarios para su hijo Renzo Bossi; 670.000 euros sin justificantes para todos; alquiler y compra de coches para Riccardo Bossi, otro de los hijos, entre ellos un Porsche; viajes y reservas de hotel.

Asimismo, consta el pago de 300.000 euros para que Manuela Marrone, la mujer de Bossi, consiguiera una hipoteca para financiar la Bosina, el colegio del que es fundadora; 251.000 euros de gastos varios para Renzo Bossi; Una cifra aún desconocida para pagar la reforma de la casa de Bossi en Gemonio más entre 5.000 y 6.000 euros que faltan por pagar de la restructuración de la terraza; 29.000 euros de gastos para Rosi Mauro, vicepresidenta del Senado; y entre 200.000 y 3000.000 euros para financiar el Sinpa, Sindicato Padano fundado por la propia Mauro. 

Las cosas empeoraron por la tarde, cuando los fiscales de Nápoles, Francesco Curcio, Vincenzo Piscitelli y John Henry Woodcock, ordenaron abrir la caja fuerte que Belsito custodiaba en el despacho que la Cámara de diputados puso a disposición de la Liga Norte en Roma. Esta mañana se conoció que los agentes de la Finanza encontraron dentro una carpeta llamada 'The Family', que está siendo analizada por los investigadores. Ahí es donde esperan encontrar los duplicados de las facturas y otros documentos que prueben que Belsito desviaba dinero para la familia Bossi. 

De hecho, poco antes de que comenzara la reunión del Comité Federal, varios medios han empezado a difundir nuevos contenidos comprometedores que formarían parte de las actas de la investigación. En uno de los pinchazos telefónicos, Dagrada habla del “dinero negro que Bossi daba al partido desde hace tiempo”. Un dinero negro que, según los fiscales, serían “cantidades en efectivo que pueden tener orígenes muy variados, desde comisiones ilegales [tangenti] a la corrupción, pasando por otros tipos de proveniencia ilícita y no reconocible”. Y una vez lavado el dinero, Bossi recuperaba dicha cantidad sin dejar huella.

Además de esto, en las actas, según varios medios, los fiscales afirman que “Renzo Bossi y su novia fueron juntos a la sede de la Liga en via Bellerio y se llevaron toda la información sobre la casa por miedo a algún tipo de control”, por lo que se sospecha que el hijo de Bossi ha tratado de eliminar cualquier tipo de pruebas sobre las obras en Gemonio por miedo a que estallara el escándalo.

También hay un pinchazo en el que Dagrada advierte a Belsito de que “si sale a la luz una cosa de este tipo estás acabado… su hijo tiene ciertas amistades… además de Cosentino”.

Nicola Cosentino es uno de los hombres fuertes de Berlusconi en Campania y está acusado de asociacion mafiosa por sus supuestos favores al clan camorrista de los Casalesi. Los fiscales llevaban mucho tiempo detrás de él y en diciembre consiguieron juntar pruebas suficientes para pedir su ingreso en prisión. Como ocurre siempre en Italia en estos casos, el Parlamento le salvó de la cárcel.

Por ultimo, L’Espresso habla de pagos de Belsito en dinero negro a Aldo Brancher por valor de 150.000 euros a través de uno de los empresarios investigados en la trama, Stefano Bonet. Brancher es íntimo de Berlusconi y aún hoy es diputado. Entró a trabajar en los años ochenta en Fininvest e hizo de cajero durante Tangentopoli. Es decir, el intermediario que recogía las comisiones ilegales que los empresarios pagaban a los políticos a finales de los ochenta por las adjudicaciones públicas y que luego lo repartía entre los partidos.

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