Este artículo se publicó hace 16 años.
Brasil dice entender la obsesión europea con la migración pero rechaza maltratos
El ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Celso Amorim, dijo que los brasileños tienen que entender la obsesión de España y de toda Europa con el problema de la migración ilegal, pero alegó que nada justifica los maltratos en los aeropuertos.
En una entrevista publicada hoy por el diario O Globo en vísperas de la reunión entre diplomáticos de España y Brasil para intentar resolver los problemas de viajeros impedidos de entrar en uno u otro país, Amorim rechazó las supuestas exageraciones de las autoridades españolas.
"Lo que queremos es un mínimo de respeto, que no haya injusticias tan obvias como antes", afirmó el ministro al referirse a sus expectativas para la reunión del martes.
"No creo que haya hostilidad con brasileños (en España). Hay una obsesión con la migración y los europeos encajan a los brasileños en un perfil que, en mi opinión, ha dado margen a exageraciones", aseguró.
"El problema no es admitir o no a los brasileños en el país, y sí tratarlos adecuadamente. Europa tiene una obsesión con ese problema, y los brasileños tienen que estar conscientes de eso. Pero los maltratos no se justifican en ninguna hipótesis", agregó.
Amorim dijo que, en las conversaciones con los diplomáticos brasileños, los europeos han admitido las exageraciones y han manifestado interés en resolverlos.
"En el caso de España, tres días después de que yo hablara con (el ministro español de Exteriores, Miguel Ángel) Moratinos, hubo una caída muy grande en el número de deportados", afirmó Amorim.
El ministro dijo no creer que las autoridades españolas hubiesen aumentado las restricciones al ingreso de brasileños como parte de la campaña previa a las elecciones del 9 de marzo pasado, aunque admitió que el ambiente electoral no permitía buscar una solución.
"El gran aumento (de deportaciones de brasileños) ya venía ocurriendo en el último año y no en el último mes (antes de las elecciones)", afirmó.
El ministro brasileño aseguró que, independientemente de la reunión que tendrán mañana diplomáticos de ambos países para intentar resolver la crisis, no se puede esperar que los problemas terminen.
"Las reglas en Europa están más rígidas y los países que eran vistos como puertas de entrada son más rigurosos", afirmó.
Agregó que, en el caso de la represión al tráfico de mujeres, las autoridades españolas también deberían reprimir la demanda y no apenas la oferta.
"También es necesario actuar del lado de la demanda, con una cooperación judicial. Es posible que eso surja en medio de las conversaciones", dijo.
El ministro dijo que Brasil abordará el problema de los viajeros que quedan varios días retenidos en el aeropuerto de Barajas sin derecho siquiera a un baño, aunque aclaró que no exigirá metas o plazos.
"No tenemos metas cuantitativas, no tenemos números, como exigir que sean apenas 24 horas o seis horas. Lo ideal es que ese tiempo sea lo mínimo posible con las mejores condiciones posibles y que no haya exageraciones", dijo.
En los dos primeros meses de este año las autoridades españolas impidieron la entrada por el aeropuerto madrileño de Barajas de cerca de 800 brasileños que supuestamente no llevaban toda la documentación requerida por la Unión Europea.
Entre tales exigencias figuran pasaje de vuelta, confirmaciones de hotel y recursos suficientes para financiar la estancia.
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