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Brasil: El otro imperio

BERNARDO GUTIÉRREZ

Para los brasileños España fue el otro imperio. El enemigo de una Portugal que, a ojos brasileños, fue casi siempre más incompetente.
Por eso la invasión económica española en Brasil no tiene un trasfondo tan político-histórico. Se critica el neocolonialismo. Pero con matices. Desde el año 1995, cuando comenzaron las privatizaciones en Brasil, España se ha convertido en el segundo inversor del país. Con más de 35.000 millones de dólares de inversión acumulada, apenas EEUU supera a España. Y en 1998 y 2000, la armada invencible liderada por Telefónica, Grupo Santander, Endesa, Iberdrola, Repsol, Gas Natural y MAPFRE, entre otras, propiciaron que España fuese el primer inversor. Y después, el efecto llamada. Centenares de empresas españolas instalándose en el reino de Lula. Toda una reconquista económica del territorio que el tratado de Tordesillas de 1494 otorgaba prácticamente a España y que Portugal fue invadiendo con sigilo.
Para José Manuel Rodríguez, consejero de Economía de la embajada española en Brasil, la imagen de las inversiones españolas es buena. "Principalmente los políticos y empresarios, tienen
una opinión excelente. Pero el ciudadano también, pues
se abaratan costos", asegura Rodríguez.
Pero no es oro todo lo que reluce. Joan Clos pasó a finales de octubre por Brasil, entre otras cosas, para apagar incendios. Después de que OHL consiguiese licitaciones de varias autopistas, de que Telefónica comprase la operadora móvil TIM y de que el Santander absorbiese el Banco Real, los empresarios brasileños acusan a España de una "segunda colonización". Incluso de competencia desleal.

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