Público
Público

Bravo echa una mano al Madrid

Un error del meta regala el triunfo a Benzema

JOSÉ MIGUÉLEZ

El Madrid se olvidó por un día el monedero, hizo un hueco en el apretado negocio de su pretemporada, y atendió a un asunto del corazón, del fútbol. Cumplió con la Real Sociedad, que anda celebrando su inminente centenario, un inequívoco recuerdo histórico del lugar ahora perdido en la élite que le corresponde. El acto tuvo finalmente más nombre que juego.

Pellegrini se atrevió con un once de etiqueta, con todo el talento de golpe y ninguna concesión al músculo por delante de la defensa. Una valentía saludable que tendrá que confirmar cuando se apague el verano. Xabi y Guti en el doble pivote, Cristiano y Kaká por delante con libertad para juntarse, cruzarse y separarse, y Raúl y Benzema más arriba aún para fijar al rival, ofrecer paredes y trabajar. Por si fuera poco, por detrás, algo parecido a la peor de sus posibles retaguardias, huérfana de Pepe y Ramos.

La Real, más obligada por el significado de la cita, aceptó el envite de su invitado. Se guardó siempre con no menos de seis futbolistas por detrás del balón, algo que el Madrid se encontrará enfrente a menudo, pero no se asustó a la hora de probar el ataque. No le ayudó mucho Agirretxe, el tanque muy al gusto vasco que utilizó en punta, con más cuerpo que fútbol. Pero su actitud y su batalla le dio para mostrar agujeros que al conjunto madrileño le conviene revisar. Hasta Casillas tembló. Pero menos que su colega de la otra portería.

Bravo fue un flan. Sólo fue exigido en remates lejanos, pero al mirar los rifles del Madrid se le disparaban los nervios. Sobre todo Cristiano Ronaldo y su liturgia intimidante en los golpes francos. La respiración ostentosa, los brazos abajo, las piernas abiertas, la mirada fija y el golpeo duro, seco, envenenado. El portugués no ajustó sus lanzamientos, todos centrados, pero dio lo mismo. El meta chileno se los quitaba de encima, dejaba el balón muerto un metro delante. Raúl no agradeció el caramelo en el primer tiempo. Pero Benzema, nada más volver del descanso, sí.

Tras el 0-1, no pasó mucho más que el golazo final de Sneijder. Bueno, en el fondo pasó demasiado. Que Xabi Alonso fue sustituido y Anoeta, que ya había recibido bien en el calentamiento al que un día fue suyo, le dedicó una atronadora ovación.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias