Este artículo se publicó hace 15 años.
Bruselas apremia a Salgado por el plan para la banca
La comisaria Kroes exige que le envíe la normativa del FROB para examinarla
La Comisión Europea urgió ayer al Gobierno a que "se aclare y decida qué quiere hacer" con el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), el instrumento que prevé la inyección de ayudas públicas en las futuras fusiones de cajas de ahorros, si quiere obtener el visto bueno de las autoridades comunitarias al plan. La comisaria de Competencia, Neelie Kroes, aseguró ayer, durante una conferencia de prensa sobre reestructuraciones bancarias, que, "cuando el Ministerio de Economía decida, lo estudiaremos y actuaremos tan rápido como sea posible".
La vicepresidenta económica, Elena Salgado, aseguró el pasado martes que Bruselas deberá "aprobar las líneas generales" del fondo y que España sólo notificaría operaciones "excepcionales". Sin embargo, Bruselas considera que el planteamiento del FROB es demasiado amplio y exige supervisar operación por operación.
La existencia de un control de Bruselas preocupa al Gobierno, que , con una autorización general, quiere asegurarse cierto margen de maniobra para las fusiones que se prevén para los próximos meses. El Ministerio de Salgado argumenta que, del mismo modo que Bruselas dio su aprobación genérica al plan de compra de activos o al aval a las emisiones de deuda de los bancos, debería hacer lo mismo con el FROB para no ralentizar demasiado el proceso, justo en un momento en el que los Veintisiete comienzan a debatir el calendario de retirada de ayudas públicas a la banca.
NegociacionesLa Comisión mantiene desde hace un tiempo un diálogo con el Ministerio de Economía sobre la normativa que regula el funcionamiento del fondo de ayuda a la banca. Bruselas insiste en que si el esquema general deja demasiado margen de maniobra a las autoridades a la hora de decidir las condiciones de las ayudas públicas en cada caso, entonces la Comisión deberá examinar cada operación concreta de reestructuración para evaluar si son compatibles con las reglas de competencia.
Y cuando Bruselas supervisa, suele exigir cambios. Es el caso de las reestructuraciones del banco holandés ING, del belga KBC o del británico Lloyds. Kroes aprobó ayer sus planes de reestructuración, no sin antes exigir que financien su viabilidad vendiendo parte de sus activos.
Bruselas persigue con la medida diluir unos mercados "muy concentrados" para permitir la creación de un nuevo banco o el crecimiento de algunas de las entidades menores holandesas, belgas o británicas. La Comisión está segura de que el mercado se beneficiará de esta redistribución de activos que compensará al tiempo el gran desembolso público.
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