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Bush busca contener las pérdidas y salvar su legado

Reuters

El presidente estadounidense, George W. Bush, prometió el martes revivir el plan de rescate financiero rechazado por los congresistas, en un nuevo intento por frenar la crisis en los mercados y preservar el legado de su gestión.

Con semblante sombrío, Bush se presentó ante las cámaras en la Casa Blanca e insistió en que el paquete de 700.000 millones de dólares no estaba muerto, un día después de que la Cámara de Representantes le asestara su peor derrota legislativa en sus casi ocho años de mandato.

A menos de cuatro meses de dejar el poder y con su popularidad por el suelo, Bush ni siquiera logró encolumnar a su Partido Republicano cuando la Cámara votó la iniciativa el lunes. Más de 100 legisladores de esa fuerza votaron en contra.

"Aseguro a nuestros ciudadanos y a los ciudadanos del mundo que este no es el fin del proceso legislativo", dijo Bush, prometiendo redoblar los esfuerzos para salvar el plan, el cual apunta a reducir los daños de la peor crisis financiera desde la Gran Depresión.

Bush sostuvo que la economía depende de las medidas decisivas que tome el Gobierno, ya que de lo contrario, "los daños económicos serán dolorosos y duraderos".

"Estamos en un momento crítico para nuestra economía y necesitamos una legislación que se ocupe de los activos en problemas (...) que permita a la economía estadounidense moverse nuevamente", afirmó.

"El Congreso debe actuar", dijo Bush mientras las turbulencias en los mercados financieros estadounidenses se propagaban al resto del mundo.

El mandatario dijo que entendía las objeciones de algunos legisladores, incluyendo a muchos republicanos, pero insistió en que el tema es urgente.

"La realidad es que estamos en una situación urgente y las consecuencias aumentarán cada día si no actuamos", manifestó.

Posteriormente, la Casa Blanca dijo en un comunicado que Bush había hablado con los candidatos presidenciales Barack Obama y John McCain y que ambos habían coincidido en que "este tema clave debe ser enfrentado".

Pero aún no estaba claro si el llamamiento del mandatario sería suficiente para lograr la aprobación del plan.

Los parlamentarios habían acordado antes de la votación del lunes un compromiso bipartidista que habría permitido al Tesoro comprar activos tóxicos de bancos en problemas.

Pese a las declaraciones casi diarias de Bush durante la última semana, un encuentro conjunto en la Casa Blanca con McCain y Obama y decenas de llamadas a congresistas, la iniciativa fue derrotada en la Cámara.

El revés al proyecto fue una prueba de la pérdida de influencia de Bush en el Capitolio, donde muchos congresistas de ambos partidos, sobre todo los que van a por su reelección, se mostraron atentos al rechazo ciudadano a la iniciativa.

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