Este artículo se publicó hace 16 años.
Bush dice que el mundo debe enfrentarse a Irán, al que acusa de terrorismo
El presidente de EEUU, George W. Bush, instó al mundo a enfrentarse a Irán "antes de que sea demasiado tarde", en un discurso en el que también retomó su llamada a la implantación de la democracia en Oriente Medio.
Las presiones al Gobierno de Teherán han sido una constante de la gira de Bush por la región, pero hoy el presidente endureció aún más sus palabras en lo que la Casa Blanca ha promovido como el discurso principal de su viaje.
"Irán es el principal patrocinador del terrorismo en el mundo", denunció Bush en Abu Dhabi, separado de ese país por la estrecha lengua de agua del Golfo Pérsico.
Bush afirmó que Irán "apoya y personifica" a los extremistas y gasta "cientos de millones de dólares" para financiar a los grupos terroristas Hizbulá (chií, Líbano), Hamás y Yihad Islámica Palestina (suníes), y da armas a los Talibán (suníes, en Afganistán), así como a las milicias chiíes en Irak.
También acusó a la República Islámica de intimidar a las naciones de la zona con sus misiles y su discurso "belicoso", y de desafiar a las Naciones Unidas y desestabilizar a la región al negarse a ser transparente sobre su programa nuclear.
Bush prometió que sus declaraciones no se quedarán en papel mojado. Afirmó que Estados Unidos está empeñado en reforzar sus relaciones militares con los países del Golfo Pérsico y en "movilizar a nuestros amigos alrededor del mundo para enfrentarnos a este peligro antes de que sea demasiado tarde".
En Teherán, el portavoz del ministerio de Exteriores, Mohamed Ali Huseini, dijo hoy, en cambio, que las naciones vecinas "han fortalecido su cooperación con la República Islámica", según la televisión iraní Al Alam.
Los países árabes ven con aprehensión a Irán, país que nunca ha ocultado su deseo de exportar su revolución islamista, pero temen aún más una intervención militar que resulte en ataques de represalia contra las bases estadounidenses establecidas en sus territorios.
Un enfrentamiento así paralizaría a las ricas economías petroleras de los países del Golfo Pérsico.
En los últimos días, Kuwait, Bahrein y Emiratos Árabes Unidos han recibido a Bush con agasajos oficiales, pero ninguno ha expresado apoyo explícito a su estrategia contra Irán.
Antes de partir hoy para Abu Dhabi, Bush se reunió con el comandante de la Quinta Flota, el vice almirante Kevin Cosgriff, en Manama, la capital de Bahrein, donde está su cuartel general.
El militar le dio los detalles del altercado el 6 de enero en el Golfo Pérsico, cuando barcos estadounidenses estuvieron a punto de disparar contra unas lanchas iraníes que, según el Pentágono, los hostigaban.
La Marina temía que quisieran realizar un ataque suicida, según apuntó la portavoz presidencial, Dana Perino.
En su discurso, el presidente también rescató el tema de la promoción de la democracia en países gobernados por monarquías autocráticas, incluidos los Emiratos Árabes Unidos (EAU), su actual anfitrión.
"Durante décadas, a los pueblos de esta región se les ha negado su deseo de libertad y justicia ... en nombre de la estabilidad", denunció Bush, quien dijo que la democracia es la única garantía de la paz.
Bush citó los avances de Emiratos Árabes Unidos (EAU) como un ejemplo para sus vecinos y mencionó que en esta confederación (la mas tolerante del Golfo), las mujeres han llegado a ser ministras.
Sin embargo, es un país donde los inmigrantes, que ascienden a dos terceras partes de la población, están sujetos a violaciones generalizadas de los derechos laborales básicos, según han denunciado organizaciones de derechos humanos.
Una muestra de cuán lejos los países del Golfo están del resto del mundo es que las mujeres sólo lograron el derecho al voto en el 2005 en Kuwait. En Arabia Saudí les está prohibido trabajar e, incluso, conducir.
Bush reconoció que "ha habido algunos reveses en la región", como la detención de líderes de la oposición, pero no mencionó a ningún país específico.
El presidente anunció su política en pro de la democracia en Oriente Medio hace tres años, convencido de que el derrocamiento de Sadam Husein en Irak iba a transformar la zona.
No obstante, gradualmente, redujo sus intervenciones al respecto, en vista de los problemas en Irak y la victoria del grupo islamista Hamás en las elecciones palestinas de 2006.
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