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Cadena perpetua para un asesino en serie francés por matar a siete jóvenes

EFE

Uno de los mayores asesinos en serie que ha conocido Francia, Michel Fourniret, de 66 años, pasará el resto de sus días en la cárcel tras ser condenado hoy a cadena perpetua por matar a siete mujeres jóvenes y violar a varias de ellas en territorio francés y belga entre 1987 y 2001.

Su esposa, cómplice en tres de las muertes y coautora de uno de los crímenes, Monique Olivier, de 59 años, fue también sentenciada a perpetuidad y deberá permanecer en la cárcel un mínimo de 28 años, dos años menos de lo solicitado por el Ministerio Público.

El Tribunal de lo Criminal de Charleville-Mézières (noreste de Francia) consideró culpable a Fourniret del asesinato en Francia y Bélgica de siete jóvenes o adolescentes que fueron objeto de violación o intento de violación y de agresión a otras tres chicas que lograron escapar.

Tal como había pedido la Fiscalía, la corte estipuló que Fourniret no podrá beneficiarse de reducciones de pena ni de libertad condicional, por lo que se aplicará a rajatabla la cadena perpetua, la máxima condena prevista por el código penal.

Tras dos meses de juicio y un día de deliberaciones del jurado, el llamado "ogro de las Ardenas" se ha presentado en el tribunal con la barba y el cabello recién cortados.

En el momento del veredicto, permaneció con los ojos cerrados y el rostro impertérrito, sin mostrar emoción alguna. Olivier, de pie, al igual que su marido, también se mostró impasible.

Al otro lado de la sala, los familiares de las víctimas recibieron con satisfacción y emoción contenida, rota por alguna lágrima, la decisión del jurado, calificada por alguno de sus letrados como "sana".

La pena aplicada a Fourniret, instaurada por una ley de 1994, se aplicó en los últimos dos años, en primera instancia, a algunos asesinos violadores de niños u otras víctimas muy jóvenes.

El presidente del Tribunal, Gilles Latapie, indicó que los dos condenados tienen un plazo de diez días para recurrir, derecho del que no hará uso Fourniret, según uno de sus letrados, pero al que podría acogerse Olivier.

Foruniret, que durante la vista habló solamente sobre tres de los asesinatos y no mostró ningún remordimiento, defendió a su esposa durante el juicio.

"Insisto en decir que Monique Olivier es una buena mujer, incapaz de dañar a nadie en la sociedad", declaró Fourniret.

Ella insistió en que actuó dominada por este hombre que la aterrorizaba y, al final de la vista, declaró que lamentaba "todo" lo que ha hecho.

El asesino en serie, que ya había sido condenado en Francia en 1987 por múltiples agresiones sexuales y cumplió una pena de prisión, fue detenido en Bélgica en 2003, tras el secuestro de una muchacha que consiguió escapar.

En 2004, interrogada por la policía belga, Olivier acusó a su marido del asesinato de siete jóvenes y de otra persona. Él reconoció posteriormente los ocho homicidios.

Además de los siete crímenes juzgados en Charleville-Mézières, Fourniret fue imputado recientemente por el asesinato de otros dos jóvenes en Francia, y su esposa, por complicidad.

La brutalidad de los crímenes y el enigma que rodea a la llamada "pareja diabólica", sus resortes mentales y motivaciones han sido objeto de análisis durante el juicio, por el que han desfilado psicólogos y expertos.

Uno de estos especialistas definió a Fourniret como el ejemplo más completo de asesino en serie de Francia.

Según ha quedado establecido en el juicio, el matrimonio secuestraba a las jóvenes, en su mayor parte vírgenes, a las que llamaban "membranas con patas". Fourniret las violaba y asesinaba, para después enterrar sus cadáveres. Olivier colaboraba para satisfacer los deseos sexuales de su esposo.

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