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Cae la economía de Venezuela pese al alza del crudo

Reuters

La economía de Venezuela se desplomó un 5,8 por ciento en el primer trimestre de 2010 debido a las distorsiones cambiarias y la crisis eléctrica, a contracorriente de la tendencia en la región, donde la mayoría de los países se recuperan con fuerza de la crisis global.

La menor actividad económica pública y privada venezolana se produce pese a la paulatina recuperación de los precios del petróleo. Sin embargo, la recesión no ha logrado enfriar la inflación, que suma un alza del 11,3 por ciento hasta abril.

"En este comportamiento influyeron: la restricción temporal al acceso de divisas para las importaciones de bienes y servicios, la menor demanda agregada interna de consumo e inversión" y la crisis eléctrica, dijo el Banco Central de Venezuela (BCV) en un comunicado.

El estratégico sector petrolero disminuyó un 5,0 por ciento interanual en el primer trimestre por una menor producción de crudo en el país OPEP, recurrentes problemas operativos en las refinerías y una menor exportación de combustible, destinado a las plantas térmicas para paliar el déficit de generación hidroeléctrica.

El presidente Hugo Chávez ha reconocido que la economía del mayor exportador de crudo de Sudamérica podría seguir en números rojos este año, tras contraerse un 3,3 por ciento en 2009, mientras sigue aplicando aceleradamente su proyecto socialista con más controles económicos y nacionalizaciones.

El sector no petrolero, por su parte, cayó un 4,9 por ciento debido a los descensos en la actividad del transporte (-15,9 por ciento), el comercio (-11,6 por ciento), la manufactura (-9,9 por ciento) y la intermediación financiera (-9,7 por ciento).

El BCV indicó que la actividad económica privada se hundió un 6,0 por ciento entre enero y marzo, mientras que el valor agregado del sector público cayó un 2,8 por ciento.

fiscal, cambiaria, monetaria -, una economía hiperregulada con controles de precio, de cambios y de tasas de interés y un sector privado amenazado por expropiaciones", dijo José Manuel Puentes, economista del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA).

POPULARIDAD BAJO PRESION

La contracción económica por cuarto trimestre consecutivo y los problemas eléctricos, que han obligado a racionar el suministro a empresas y particulares, están pesando sobre la popularidad de Chávez meses antes de unas elecciones legislativas clave para su "revolución bolivariana".

El Gobierno fijó en enero dos nuevos tipo de cambio oficiales de 2,60 bolívares por dólar para bienes esenciales como alimentos y medicinas y 4,30 para el resto de los productos, desde la tasa previa de 2,15 bolívares.

El mandatario asumió un alto costo político al devaluar pero la decisión, que fue bien recibida por los analistas, no tuvo el efecto esperado por las restricciones cambiarias.

El Banco Central reconoció que las distorsiones generadas por el control de cambio vigente desde 2003 afectaron a la economía de un país que importa la mayor parte de los bienes que consume, después de que el dólar no oficial se disparara un 25 por ciento hasta mayo, lo que incidió en la inflación.

Pese a las señales de alarma en la economía, Chávez insiste en que el problema reside en los vicios capitalistas del sistema, que aplacará con más medidas nacionalizadoras, lo que hace que los analistas sean pesimistas, ya que ven en los controles de precios y cambio el origen del desequilibrio económico.

"(Los datos del PIB) pintan una economía colapsada, sobre todo del lado del sector privado", dijo Boris Segura, analista de RBS en Nueva York, quien prevé que la contracción económica se profundice en el segundo trimestre.

El Gobierno lanzó la semana pasada un plan contra la "especulación cambiaria" y ha ordenado que el emisor gestione las operaciones no oficial de divisas, fijando una banda de cotización del billete verde, pero hasta el momento no han lanzado la nueva plataforma y el mercado está detenido.

Esto podría amplificar los problemas de la economía venezolana y minar el respaldo del presidente, ya que los economistas prevén que incrementar el control sobre las divisas hará que industriales e importadores tengan menos dólares o los paguen más caros, trasladando el costo a los consumidores.

La caída de un 40 por ciento en las importaciones y la subida de un 80 por ciento en el precio de la cesta petrolera durante el primer trimestre resultaron un superávit de 7.181 millones de dólares en la cuenta corriente de la balanza de pagos, frente a un déficit de 3.711 millones de dólares en el mismo lapso de 2009.

En tanto, la cuenta capital y financiera registró un déficit de 11.511 millones de dólares versus un déficit de 10.718 millones de dólares en el primer trimestre del 2009.

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