Este artículo se publicó hace 17 años.
La caída del Muro cumple 18 años entre el debate por la sobredosis monumental en Berlín
Alemania celebrará el 9 de noviembre el dieciocho aniversario de la Caída del Muro enfrascada en un nuevo debate entre la oportunidad de dedicar un monumento a la Unidad en un Berlín algo sobrecargado de recuerdos históricos.
Mientras el semanario "Der Spiegel" dedica hoy su portada a la generación de berlineses que este viernes alcanzará su mayoría de edad, sus páginas interiores, como las de otros medios, aluden a la sobredosis monumental en la capital alemana.
El Bundestag (cámara baja del Parlamento) se pronunciará justo ese día sobre la construcción de un monumento, de diseño y coste por decidir, en recuerdo de la "revolución pacífica" que en otoño de 1989 culminó con la caída del Muro.
La propuesta viene avalada por los grupos parlamentarios conservador y socialdemócrata -o sea, la coalición de Angela Merkel-, y la noche del 9 de noviembre de 1989 se recuerda como la más hermosa de la historia reciente alemana.
Ese día quedó abierta por un lacónico comunicado del Politbüro la Franja de la Muerte, como se llamó al muro de hormigón construido, de la noche a la mañana, el 13 de agosto de 1963 y que durante décadas separó a las familias berlinesas del este y el oeste.
Las historias de los jóvenes nacidos ese día -entre ellos, un hijo de cubanos llamado Dario Guerra que habla de las amenazas de los cabezas rapadas a su familia- ilustran para "Spiegel" las luces y sombras del proceso reunificador.
El diario berlinés "Der Tagesspiegel" aborda la cuestión bajo el titular "División ante el recuerdo a la Unidad" e incide en el debate entorno a un monumento cuya construcción rechazó el Parlamento apenas seis años atrás.
La iniciativa cívica que respalda la obra, ahora con el apoyo de las fuerzas mayoritarias, convocó un concurso, del cual surgieron 55 proyectos de todo el país, de los que saldrá el ganador.
El ministro de Obras Públicas y Transportes, el socialdemócrata Wolfgang Tiefensee, se pronunció a favor de que haya un monumento central en el corazón de Berlín.
En igual sentido se decantó el pasado 3 de octubre, día de la Unidad Alemana, el presidente del Parlamento, el conservador Norbert Lammert, para quien una democracia necesita recordar y la fecha del 9 de noviembre de 1989 marca una hazaña histórica.
"Spiegel" recuerda que la del 9 de noviembre es una fecha compleja. Además del aniversario de la caída del Muro lo es de los primeros pogromos de 1938, en que las sinagogas ardieron en todo el país por orden de los nazis.
Para el semanario, Berlín sufre de una especie de "inflación de recuerdo", puesto que su barrio gubernamental y el de Mitte se han poblado en pocos años de múltiples y a veces enormes monumentos.
En 2005 se inauguró el de los judíos víctimas del Holocausto, formado por 2.711 bloques de hormigón de hasta cinco metros de altura, junto a la Puerta de Brandeburgo. Este viernes se inició la construcción de la Topografía del Terror, en el solar donde estuvo la sede de la Gestapo, a unas cuantas manzanas.
Del propósito inicial de recordar en un único memorial, la Neue Wache, a todas las víctimas de todas las guerras y las dictaduras, desde los soldados caídos en la II Guerra Mundial a las del régimen germano-oriental, se pasó a dosificar el recuerdo por colectivos.
"Spiegel" enumera los ya construidos y los proyectados, así como las reivindicaciones de aquellos que no se sienten dignamente representados, como la comunidad gitana, que aguarda se materialice algún día el prometido monumento a esas víctimas del nazismo.
Hoy por hoy, sólo un cartel junto al parque adyacente al Reichstag recuerda tal compromiso. Más o menos de lo mismo se queja el colectivo de homosexuales y el de víctimas de la eutanasia nazi, al que también se rinde un discreto homenaje apenas visible.
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