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La caída de ERC lastra al tripartito

Los republicanos pierden casi la mitad de su representación y hacen posible una mayoría de CiU y PP que auparía a Artur Mas

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El tripartito catalán se puede hundir al fallarle una de sus patas. Según el Publiscopio, si ahora se celebrasen elecciones al Parlament, Convergència i Unió y el Partido Popular podrían obtener la mayoría gracias, sobre todo, al desplome de ERC, que pasa de 21 diputados a sólo 11. Con estas cifras, ni siquiera el significativo avance del PSC, que ganaría entre siete y nueve diputados, salvaría la mayoría de la izquierda en el Parlament.

En general la encuesta revela una tendencia a la concentración del voto en los dos grandes partidos, CiU y PSC, cosa que indica una preferencia de los electores por gobiernos con preponderancia clara de un solo partido frente a las coaliciones multipartitas. Ello conlleva el derrumbe del tercer espacio que ocupaba ERC y que le otorgaba la llave de la gobernabilidad. Esto nos lleva a otro fenómeno insólito: por primera vez desde 1980 el Parlament no tendría mayoría nacionalista de CiU y ERC.

Eso sí, Convergència i Unió se mantendría como la primera fuerza, con un 35,7% de los votos y una horquilla de 53 y 54 escaños, cosa que supone un avance de cuatro puntos porcentuales y de entre cinco y seis diputados respecto a las elecciones de 2006. Una de las razones que explica la subida de CiU es la transferencia de voto respecto a las últimas generales de 2008. Los nacionalistas se confirman como la gran fuerza transversal al recibir votos de formaciones contradictorias como el PP y ERC, pero también del PSC.

Precisamente, el PSC ganaría un porcentaje de voto similar y llegaría al 30,8% de los sufragios, pero el botín de escaños podría ser superior al de CiU y oscilar entre los siete y los nueve.

La gran sorpresa de la encuesta es el desplome de ERC, que pasaría de ser la tercera fuerza a la quinta, al perder la mitad de su apoyo electoral y pasar del 14,1% de los votos al 6,9%. En el camino quedarían una decena de diputados, una pérdida que se concentra en Barcelona.

De confirmarse, este resultado supondría el retorno de ERC al punto de partida de1992, cuando con Àngel Colom a la cabeza obtuvieron el mismo número de diputados después de haber tenido una posición marginal en los años ochenta. El hundimiento de Esquerra no supone ningún trasvase de votos significativo a CiU o a Reagrupament.cat, la escisión que lidera Joan Carretero y que no llega ni al 1% de apoyos a un año de las elecciones. Este dato apuntaría a que muchos votantes de ERC se refugian en la abstención y podrían ser, por tanto, aún recuperables.

En tercera posición se situaría el PP, con un apoyo muy similar al de 2006, un 10,8% de los votos, que se traduciría, según los restos en Girona y Barcelona, en la ganancia o la pérdida de uno de sus 14 diputados. El estancamiento del PP se debe a que no captaría el voto más españolista que en 2006 fue a Ciutadans, sino que ahora se repartiría entre esta formación y UPyD, de manera que ninguno de los dos obtendría representación.

Políticamente sería muy complicado para Esquerra volver a votar a José Montilla

Por último, la coalición ICV-EUiA retrocedería algo más de un punto porcentual, con un 8,4% de los votos, y pasaría de 12 a 11 escaños. Se trata de un castigo asumible para una formación que ha vivido momentos de zozobra a causa del papel de Joan Saura como conseller de Interior. Saura ya ha anunciado que no repetirá en 2010 y, aunque todavía no se ha iniciado el proceso para elegir candidato, todo apunta a que lo sustituirá el secretario general, Joan Herrera.

En cuanto a las posibles coaliciones postelectorales la gran incógnita es saber si el tripartito sumará o no. Según el Publiscopio, esta mayoría es todavía posible si el PSC sale victorioso en Girona, donde se disputa un escaño con el PP, y en Barcelona, donde puede arrebatar otro a CiU o bien al PP. En todo caso, hay que señalar que políticamente sería muy complicado para Esquerra volver a votar a José Montilla como president tras sufrir un descalabro electoral que, previsiblemente, se llevaría por delante a la actual dirección.

Mucho más factible es una mayoría conservadora de CiU y PP, que podría ser de 68 (la cifra mínima) o incluso de 69 diputados. Para CiU este sería el mejor escenario, ya que podría plantearse un gobierno en minoría y buscar apoyos puntuales ante una oposición que difícilmente podría coincidir en nada. Es de suponer, además, que CiU buscaría que el PSC facilitase la investidura de Mas a cambio del apoyo de sus diez diputados en Madrid al PSOE. De esta manera, los nacionalistas evitarían el apoyo incómodo del PP y la imagen de un ejecutivo escorado a la derecha como los de Pujol entre 1996 y 2003.

Una de las bazas claras de CiU es la buena imagen de la que goza Artur Mas, que a pesar de llevar seis años en la oposición continúa siendo el preferido para president por un 34,1% de los votantes, mientras que un 29,6% se decanta por José Montilla. Artur Mas se impone no sólo entre los votantes de CiU, como es obvio, sino también entre los del PP. Los de ERC se encuentran divididos a partes iguales entre uno y otro.

Curiosamente, aunque Mas es el preferido, la mayoría de electores, excepto los de CiU, cree que Montilla repetirá como president, cosa que demuestra que la sociedad catalana todavía considera lejana la posibilidad de que el tripartito no sume. Pero visto el Publiscopio habrá que empezar a pensar que la derecha está cerca de recuperar el poder en Catalunya.

Castigo a las pugnas de ERC

Una de las razones que explica el desplome de ERC es quizás la baja puntuación de Puigcercós tras una larga lucha fratricida con Josep-Lluís Carod-Rovira que se cerró tan sólo hace unos meses. Puigcercós obtiene entre sus votantes un exiguo 5,6, si se compara con el 7,1 que los de CiU dan a Mas, el 6,6 que los del PP dan a Alicia Sánchez Camacho o los 6,4 con que los socialistas puntúan a Montilla. Los electores de ERC otorgan a su candidato sólo una décima más que a Joan Herrera, un 5,5, valorado por los de ICV-EUiA con un 6,2.

Empate entre Artur Mas y José Montilla

Los dos principales candidatos obtienen puntuaciones medias similares, un 5,3 para Artur Mas y un 5,2 para José Montilla. Este último sólo supera a Mas en las comarcas de Tarragona. Los electores de ERC puntúan mejora Montilla, un 5, que a Artur Mas, un 4,6. Por contra, Montilla es muy poco valorado por los votantes del PP, que le otorgan un 3,2. En cambio, puntúan con un 4,5 a un nacionalista como Artur Mas.

Simpatías políticas

Un 25,9% de los catalanes se declara simpatizante del PSC frente al 22,7% que se decanta por CiU. Se demuestra así que CiU recibe voto extra en las catalanas. Un 6,7% se declara partidario de ERC, contra un 6,1% que afirma serlo del PP y un 5,7% de ICV-EUiA. 

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