Este artículo se publicó hace 14 años.
Caixanova liderará el intento de fusión de cajas gallegas
Acuerdan estudiar su unión. Podrían requerir más de 2.000 millones de ayudas
El reloj corría en contra. El Banco de España quería que se llegara a una solución antes del miércoles y las cajas gallegas no han tenido más remedio que llegar a un acuerdo, aunque, de momento, sólo suponga ganar tiempo para ver si definitivamente logran un pacto de fusión que dé lugar a la creación de la quinta mayor caja española. La cuestión no es fácil porque hay demasiados intereses políticos por medio y porque la caja pequeña (Caixanova) es la que está en mejores condiciones y, por tanto, la que quiere liderar la operación. Ante tantas dificultades, todavía no se puede descartar que haya una fusión alternativa.
De momento, y aunque llevan meses discutiendo del asunto, ayer acordaron "iniciar oficialmente los contactos, con el objetivo de analizar la creación de un proyecto común". Los consejos de administración de ambas cajas se reunirán el próximo lunes y martes para ratificarlo.
El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, que anunció anoche en rueda de prensa el acuerdo, no quiso dar datos sobre cuáles han sido los puntos de encuentro de ambas entidades, pero fuentes financieras aseguran que el proceso lo liderará Caixanova. Es la más pequeña por activos, pero ha salido mejor parada de la crisis que Caixa Galicia, que el año pasado sufrió un descenso del 58% en sus beneficios por las elevadas provisiones que tuvo que dedicar para luchar contra la morosidad. Fruto de ello, sus beneficios fueron mucho menores que los de Caixanova.
El presidente de la caja con sede en Vigo, Julio Fernández Gayoso, se cerró hace meses en banda a la posibilidad de realizar una fusión que no liderara su entidad. Ante su fuerte negativa, la Xunta decidió cambiar la Ley de Cajas gallega e impuso un límite de edad para los presidentes de las entidades que obligaba a Gayoso a abandonar su puesto. Ahora, Feijóo está dispuesto a ceder y a volver a modificar la ley para que no sea obligatorio cambiar el consejo de administración de Caixanova.
La Xunta y Caixa Galicia ceden ahora en sus posturas y se avienen a negociar, aunque todavía queda mucho camino por delante, como reconoció el propio NúñezFeijóo. La auditoría que encargó la Xunta sobre la situación de ambas cajas concluyó que para llevar adelante la fusión se requerirían unas ayudas públicas del fondo de rescate (FROB) de 1.190 millones de euros. Sin embargo, los cálculos de Caixanova elevan a 2.500 millones las necesidades y en Caja Madrid (que estudió la fusión con Caixa Galicia y la CAM) las cifraron en 2.800 millones.
El Banco de España exigeLa cifra final y la procedencia de las ayudas (Caixanova intenta que procedan del Fondo de Garantía de Depósitos porque son más baratas) está por negociar, pero el Banco de España ya les ha advertido que para hacer un proyecto solvente la cifra debe ser "muy superior" a esos 1.190 millones. Tampoco se conforma el supervisor con los planes de cerrar 300 oficinas y recortar 1.300 empleos. Les ha asegurado que la reestructuración debe ser "mucho más importante".
Desde el PSOE gallego valoraron el acuerdo, pero pidieron que la operación sea equilibrada, sin que nadie absorba a nadie.
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