Por los caminos del viejo ferrocarril

Hasta mediados del siglo XX, el ferrocarril del Plazaola serpenteaba incansables entre los valles de Larraun, Imotz y del Leitzarán, que unían tierras de Navarra y Guipúzcoa. Acercaba, pueblo a pueblo, San Sebastián y Pamplona. Lo hacía por un paraje natural plagado de hayas y robles, y así se mantuvo hasta 1953. Ese año, las riadas se llevaron algunos puentes y hasta parte de la vía, y el viejo tren se cerró de manera definitiva. Quedaron entonces más ocultos los espacios naturales cuasi vírgenes por los que discurría. Una Vía Verde los recuperó y ahora ofrece, a lo largo de sus cuarenta kilómetros de longitud, un trazado en el que naturaleza y pequeños pueblos se mezclan. Con ella iniciamos una nueva serie sobre rutas verdes por España:

Acondicionada en casi su totalidad para caminantes, ciclistas, paseantes a caballo y, salvo excepciones, personas con discapacidad, a lo largo del recorrido de la Vía Verde del Plazaola son numerosos los puntos que merecen una visita más o menos detenida. Está, en primer lugar, el propio paisaje natural, que en el paraje de Matxinbarrena, plagado de bosques y cascadas, adquiere especial belleza. Pero están, también, los pueblos que jalonan el itinerario y sin los que no podría entenderse este territorio: Leitza, con un casco viejo de casonas con entramados de madera y su iglesia de San Miguel, de atrio neoclásico, y Lekunberri, con las viviendas arracimadas en torno a la iglesia dieciochesca de San Juan Bautista. En esta localidad pueden verse asimismo otros dos edificios religiosos de interés, el convento de las Clarisas y la ermita de la Virgen del Pilar.

En el recorrido no deberían perderse los pueblos de Leitza, Lekunberri o Mugiro.

Mugiro destaca por su arquitectura popular, mientras que los amantes de la arqueología industrial no deberían perderse las minas del Plazaola o Bizkotx, precisamente, las que dieron origen al ferrocarril que por esta zona transita y cuyo recorrido ha asumido la Vía Verde. Desde Lekunberri también se puede aprovechar para acercarse hasta el santuario de San Miguel in Excelsis, centro de peregrinación de la comarca que, además, se encuentra ubicado en pleno corazón del espacio natural que lo cobija.

Esa mezcla de naturaleza y monumentalidad es, precisamente, uno de los principales atractivos de una Vía Verde que nació por los caminos del viejo ferrocarril y que hoy constituye una de las maneras más atractivas y por supuesto, naturales, de acercarse a los parajes que recorre.

Más información
Una de las webs más completas para conocer la zona por la que discurre la Vía Verde es la del Consorcio Turístico del Plazaola, www.plazaola.org. Para planificar el itinerario en cuanto a tiempo, tramos, etc., lo más útil es consultar la web de Vías Verdes, www.viasverdes.com.

Dónde comer
En Lekunberri, Asador Epeleta ocupa un antiguo caserío y destaca pos su carnes rojas a la parrilla de carbón. En Mugiro, con una decoración rústica en piedra y madera, Venta Mugiro (Tel. 948 504 102) se ubica en un edificio del siglo XIX y ofrece cocina tradicional con toques innovadores. Una lista más completa de restaurantes que se pueden encontrar a lo largo de la Vía Verde aparece en la web del Consorcio Turístico del Plazaola, www.plazaola.org.

Dónde dormir
La casa rural Aztieta, en Leitza, ofrece alojamiento en un entorno tranquilo pero al mismo tiempo en pleno casco urbano. Destaca su amplio jardín con barbacoa. Se alquila como vivienda completa, con capacidad para diez personas. En Lekunberri puede optarse por las casas Urgain I y II, especialmente apropiadas para grupos y familias, ya que cuentan con cuarto de juegos y cunas. En la misma localidad, Ayestarán I y II: el primero, abierto de mayo a septiembre, es un hotel con columpios, piscina, pista de tenis, pin-pong y parque infantil; el segundo cuenta con 16 habitaciones y abre todo el año salvo durante las Navidades.