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Una campaña al estilo gallego

Rajoy pone en marcha para las europeas un modelo similar al pueblo a pueblo con el que recorrió su tierra

YOLANDA GONZÁLEZ

Todos en el PP saben lo que es una 'campaña a la gallega'. La que les hizo ganar el Gobierno de la Xunta el pasado 1 de marzo, con un Mariano Rajoy pateándose pueblo a pueblo con actos paralelos e independientes a los del candidato, Alberto Núñez Feijóo. Entrando en bares, visitando comercios y pequeñas empresas, firmando autógrafos y haciéndose fotos con simpatizantes y militantes. Esta misma filosofía será la que inspire la campaña electoral para las elecciones europeas. Ayer, el líder del PP la ensayó en Castilla y León.

En Aranda de Duero (Burgos), el PP desempolvó el megáfono con el que su presidente se había dirigido a los habitantes de los pueblos que recorrió en su tierra. Visitó la iglesia de Santa María, saludó a los habitantes y emprendió rumbo a la segunda parada, Peñafiel, en Valladolid, con más peso en su equipaje: yemas, patatas fritas y el libro de la iglesia con que fue obsequiado.

A las 13.00 horas, el líder del PP hacía entrada en el hotel convento Las Claras de Peñafiel. Baja del coche en mangas de camisa, se pone la americana, entra al claustro y suelta a sus concejales y alcaldes el mismo discurso que repetirá a lo largo de los próximos 15 días. Lo que variará serán las personas con las que se tope por las calles. Sus historias.

Como la de Carmen, una 'medio gallega' que se afanaba en que Rajoy le diera recuerdos de su parte a Corina Porro, presidenta de la Autoridad Portuaria de Vigo. 'Tengo fotos con Corina. Es que soy de derechas de toda la vida ¿sabes?', explicaba con orgullo. O la de Juli, que había abandonado por un momento la residencia para 'besar a Mariano'.

En un momento del recorrido de Rajoy por Peñafiel, un Citröen AX granate se para. Su conductor saluda y el presidente de los conservadores agradece el gesto y se acerca a intercambiar unas palabras. Pocas, porque se topa con Isabel, que acaba de bajarse 'corre que te corre' del 'coche de línea' procedente de la capital para encontrarse con el líder del PP.

Tenía un mensaje muy importante que darle: 'No quito la tele para ver si le veo. Todos los días. ¿Ves que guapo?', comentaba a una de sus amigas. Mientras, Carmen seguía empeñada en que Rajoy no se olvidara de darle recuerdos de su parte a Corina Porro y Miguel Sanz, alcalde de Manzanillos, exhibía orgulloso 'un autógrafo de Mariano'.

No hubo aperitivo en el bar de la plaza. Había prisa. Todavía quedaba visitar Cuéllar (Segovia), Íscar (Valladolid) y Arévalo (Ávila).

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