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La campaña demócrata se aproxima al "momento de la verdad"

EFE

Hillary Clinton y Barack Obama vuelven a verse las caras hoy en un debate televisado que ha generado máxima expectación ante la proximidad de las cruciales primarias de Ohio y Texas en las que la senadora demócrata podría jugarse su futuro.

Las encuestas apuntan que Hillary tendrá que hilar fino para frenar el creciente atractivo de Obama entre los votantes de cara a las primarias del 4 de marzo.

Dos sondeos publicados hoy por "The New York Times" y el diario "USA Today" coinciden en que Obama tiene más posibilidades que Hillary de vencer al senador por Arizona John McCain, virtual candidato del Partido Republicano.

Además, y por primera vez, el senador afroamericano tiene una ventaja significativa sobre Hillary a nivel nacional.

El "Times" señala que un 54 por ciento de los votantes demócratas quiere que Obama sea el candidato, frente al 38 que favorece a Hillary. Según el "USA Today", el porcentaje es de 51 frente a 39.

Los últimos sondeos revelan también que la ventaja de 21 puntos que Hillary tenía en Ohio se ha reducido hasta entre cinco y nueve puntos a una semana de la crucial cita con las urnas en el estado.

El traspiés de la ex primera dama estadounidense en Ohio obedece, en gran medida, a la capacidad de Obama para cortejar el voto de la clase trabajadora que apoyó inicialmente a Hillary.

Ohio, un estado minero y manufacturero, ha perdido más de 200.000 puestos de trabajo en los últimos ocho años y tiene una de las tasas de desempleo más altas del país.

De ahí que tanto Hillary como Obama hayan tratado de capitalizar el descontento de la clase obrera.

La popularidad de Bill Clinton en Ohio, un estado que lo apoyó en las elecciones presidenciales de 1992 y 1996, ha jugado a favor de Hillary, como también lo han hecho sus promesas de crear nuevos puestos de trabajo y ofrecer un seguro universal de salud.

Pero Obama le ha comido terreno en el frente obrero gracias a su aura de triunfador y al respaldo del Sindicato Internacional Hermandad de Camioneros y otras dos importantes agrupaciones sindicales con más de cuatro millones de miembros combinados.

El senador por Illinois, por lo demás, tampoco ha dudado en recordar que Hillary ha apoyado políticas comerciales a las que muchos trabajadores en Ohio culpan de la pérdida de sus puestos de trabajo.

Pese a esas desalentadoras señales, Hillary no tira la toalla.

Lejos de eso, optó por lanzar una intensa campaña publicitaria y por movilizar a sus voluntarios, que protagonizan estos días una infatigable búsqueda de votos puerta a puerta.

Del éxito de esa estrategia depende, como reconoció el propio Bill Clinton, el futuro de las ambiciones políticas de Hillary.

Al respecto, analistas y estrategas coinciden en que la senadora por Nueva York necesita ganar en Texas y Ohio para hacerse con la candidatura.

De ahí que Hillary no dudase el lunes en descalificar a su rival, al insistir en que Obama, de 46 años, no está preparado para lidiar con una crisis global de gran alcance.

Los votantes ya han comprobado el "trágico resultado" de elegir a un presidente con poca experiencia en seguridad nacional y asuntos globales, dijo el lunes en una universidad de Washington en referencia al actual inquilino de la Casa Blanca, George W. Bush.

"No podemos permitir que eso vuelva a ocurrir", señaló.

Los asesores de Obama no dudaron en contraatacar, al señalar que Hillary mostró tener mal juicio al respaldar la guerra de Irak, a la que él se opuso desde un principio.

Y por si el ambiente no estuviese lo suficientemente caldeado, el debate de esta noche en Cleveland (Ohio) encuentra a los aspirantes demócratas enzarzados en una nueva disputa sobre la distribución de una foto en la que se ve a Obama vestido de traje típico somalí.

La foto, tomada en 2006 durante un viaje de Obama a Kenia, el país natal de su padre, muestra al senador por Illinois ataviado con un turbante y una túnica blancas.

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