Este artículo se publicó hace 15 años.
Canadá registra la primera muerte por gripe A
Es el primero que se produce en el país, donde hay 213 casos confirmados de infección
Una mujer canadiense infectada con el virus H1N1 de la gripe A murió este jueves en la provincia de Alberta pero las autoridades sanitarias se han negado confirmar si su muerte está relacionada con la infección, dijo hoy la televisión pública canadiense CBC.
Canadá cuenta ahora con 214 casos de gripe A provocada por el virus H1N1. De confirmarse que la muerte de la paciente fue provocada por el virus H1N1 sería el primer caso fatal de la gripe A en el país. Las autoridades médicas sólo han confirmado la muerte de una paciente y que están realizando pruebas para determinar las causas.
El secretismo de las autoridades sanitarias de Alberta sobre la infección de gripe A está siendo criticada por los partidos de la oposición y medios de comunicación que acusan al Gobierno provincial de ocultar información.
El líder de la oposición en Alberta, el liberal David Swann, acusó al gobierno provincial de "mantener al público sin información".
Alberta es la única provincia canadiense que tiene un caso grave de gripe A y también es donde un trabajador de una explotación agraria transmitió el virus H1N1 a una piara de cerdos, el único caso documentado hasta el momento de transmisión de humanos a animales del virus.
Las autoridades de Alberta sólo informaron del caso grave de gripe A de la provincia más de una semana después de que fuese detectado y en un principio se negaron a proporcionar detalles sobre el caso como si la paciente, una niña, estaba en edad escolar.
Alberta, donde las explotaciones ganaderas son una de las principales fuentes económicas de la provincia, fue criticada en el pasado por su respuesta al "mal de las vacas locas". Varios animales procedentes de la provincia han sido diagnosticados en los últimos años con la enfermedad.
En el 2003, tras el descubrimiento del primer caso autóctono del "mal de las vacas locas" en Canadá, el entonces primer ministro de Alberta, Ralph Klein, sugirió que los ganaderos debían ocultar cualquier caso que descubriesen.
Klein dijo que lo mejor que podían hacer los productores canadienses en el caso de enfrentarse a otro animal enfermo sería "disparar y enterrar" la res sin avisar a las autoridades veterinarias canadienses.
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