Este artículo se publicó hace 14 años.
El cantante de Tokio Hotel, modelo
Decenas de adolescentes se agolpaban a la salida del recinto.
Bill Kaulitz, cantante del grupo alemán Tokio Hotel, subió hoy a la pasarela de la semana de la moda masculina de Milán otoño invierno 2010-2011, "Milano Moda Uomo", para lucir la colección de invierno de Dsquared2, mientras decenas de adolescentes se agolpaban a la salida del recinto.
"Ha sido mi primera vez en una pasarela y debo admitir que estaba un poco nervioso", confesó Kaulitz tras presentar la línea de los hermanos Dean y Dan Caten, responsables de Dsquared2.
El cantante abrió la última jornada del desfile enjaulado en un ascensor metálico, de donde salió envuelto en un ajustado traje negro adornado con elementos metálicos y parecido a una armadura de hockey, con pantalones pitillo de cuero negro y hombreras confeccionadas a base de plumas.
Con cruces, manchas de sangre, garras y estampas terroríficas en las prendas, diseñadas con tachuelas y cadenas, la colección de los hermanos Caten pretende ser un reclamo al musical "The Rocky Horror Picture Show".
Tom Kaulitz, guitarrista del grupo y hermano gemelo de Bill, disfrutó del desfile en primera fila, acompañado de algunos futbolistas italianos, como el defensa del Nápoles Fabiano Santacroce o los dos jóvenes defensas del Milan Ignazio Abate y Luca Antonioni.
Decenas de seguidores milaneses de Tokio Hotel desafiaron al frío fuera del recinto, a la espera de que hicieran su aparición los dos invitados de honor que abrieron paso a la colección de Giorgio Armani.
Los modelos de Armani recrearon a un hombre romántico, "moderno, existencialista, que se muestra tal y como es", en palabras del diseñador, para quien las mujeres "deberían preferir menos exhibición masculina y elegir a un hombre que piensa, no a un macho a toda costa que si no tiene tres coches en su garaje no es nadie".
El estilista presentó su colección en plena polémica por el aplazamiento que la casa Dior ha hecho de su próximo desfile en la semana de la moda de París, que arranca el lunes, y que ha obligado a Armani a cambiar su turno de las siete a las nueve de la noche.
"Ellos se defienden con el horario, yo lo hago con los vestidos", exclamó Armani, que criticó un cambio "sin explicaciones", efectuado en un calendario ya cerrado.
"Amo la cultura francesa, la pregunta es qué les importa a ellos la cultura francesa", dijo Armani tras presentar una línea que no oculta su gusto por lo francés.
Cazadoras de ante, pantalones de terciopelo y raso, zapatos abotinados y chaquetas de cuello cruzado, componen una propuesta llena de reflejos y texturas, adaptada a las prendas más clásicas de Armani, para un hombre que también se atreve a lucir chaquetas estampadas, pantalones de punto y botas altas.
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