Este artículo se publicó hace 15 años.
El cardenal Cañizares dice que el discurso de Bertone es una "luz grande" para que la sociedad enderece sus pasos
El cardenal arzobispo de Toledo recuerda "las injusticias que la Iglesia denuncia: la insolidaridad, la exclusión de tantos hermanos, el individualismo, el egoísmo narcisista..."
El cardenal arzobispo de Toledo, Antonio Cañizares, ha denunciado este domingo "las situaciones de injusticia que genera nuestra sociedad" y ha dicho que el reciente discurso del cardenal Tarcisio Bertone en su visita a España "constituye para todos una luz grande para enderezar nuestros pasos, los de todos, en el momento presente y en los años venideros".
El también prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la disciplina de los Sacramentos ha hecho estas consideraciones durante la misa celebrada en la Catedral Primada de Toledo, con motivo del 50 aniversario de la fundación de "Manos Unidas", de la que ha dicho que surgió hace 50 años "como realidad concreta y viva de Dios".
Monseñor Cañizares ha recordado "las situaciones de injusticia que la Iglesia denuncia: la insolidaridad, la exclusión de tantos hermanos, el individualismo, el egoísmo narcisista, el fraude, la lucha de intereses propios, la destrucción del ambiente, la esquilmación egoísta de los recursos, el olvido y la marginación, el olvido del hombre y el no poner a cada ser humano, cada persona, en el centro de nuestras atenciones".
Se ha referido a la reciente visita a España del secretario de Estado de la Santa Sede, Tarcisio Bertone, cuyo discurso es "válido para todos", ha dicho, porque "abre un gran horizonte de esperanza de una sociedad nueva, de una humanidad nueva, de una nueva civilización".
"Estrechar lazos"Sobre Manos Unidas, ha indicado que nació "para estrechar lazos" y que son "manos abiertas para compartir, manos generosas para tenderlas en ayuda, manos trabajadoras para hacer fructificar la tierra que dé pan para todos".
"De que entendamos y vivamos esto dependerá la vida de millones y millones de hombres y mujeres de los países del hambre y el futuro de las generaciones venideras de los países desarrollados", ha reflexionado el cardenal, para quien "sin esto estamos abocados a la muerte y a la desesperanza".
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