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Una cascada de dimisiones acrecienta el temor a un golpe de Estado en Túnez

EFE

La cascada de dimisiones que se han producido en las últimas 24 horas en el Gobierno de transición tunecino acrecienta el temor a una intervención militar en la vida política del país, como expresó hoy uno de los ministros dimisionarios, Ahmed Nayib Chebbi.

Chebbi, quien hasta hoy ocupaba la cartera de Desarrollo Regional, manifestó en rueda de prensa su preocupación ante la posibilidad de que se produzca en Túnez un vacío de poder si el Ejecutivo de transición y las fuerzas de la oposición no logran alcanzar un acuerdo de mínimos que siente las bases sobre las que se erija el nuevo proceso político del país.

El político tunecino, líder del Partido Demócrata Progresista (PDP), explicó que el próximo día 17 expira el mandato del presidente interino de Túnez, Fuad Mebaza, y que en las conversaciones que ha mantenido con el nuevo primer ministro, Beyi Said Essebsi, éste le comunicó que por el momento no se ha decidido convocar comicios presidenciales, sino a una asamblea constituyente.

A juicio de Chebbi, esta situación podría conducir "a un vacío de poder" que llevaría al Ejército a asumir la conducción del país mediante un golpe de Estado.

"Tengo miedo de que la revolución de los jazmines (como se conoce el movimiento que el pasado 14 de enero depuso al presidente tunecino, Zine el Abidín Ben Alí) se transforme en un golpe de Estado", afirmó Chebbi.

Chebbi manifestó que Essebsi le había informado de que los ministros de actual gobierno de transición no podrán presentarse como candidatos en las próximas elecciones.

"Esto no es normal y demuestra ignorancia política. Yo proponía elecciones presidenciales en junio, el nuevo presidente disolvería el actual parlamento y se convocarían nuevas elecciones", afirmó el político tunecino.

"Apoyo la idea de la Asamblea Constituyente y de una nueva Constitución pero rechazo que reemplacemos las elecciones presidenciales por unos comicios constituyentes como primer paso", indicó.

"Este tipo de comicios constituyentes pondrán al país en una situación peligrosa y le hacen tomar un rumbo muy incierto", subrayó.

El Ejecutivo de transición tunecino ha sufrido cuatro pérdidas en las últimas 24 horas.

Además de Chebbi, hoy dimitió el ministro de Educación Superior, Ahmed Ibrahim, del izquierdista Movimiento de Renovación, y ayer, lunes, lo hicieron los titulares de Industria, Aziz Chlabi, y Cooperación Internacional, Mohamed Nuri Yuini, ambos pertenecientes al Reagrupamiento Constitucional Democrático (RCD), el partido de Ben Alí, cuya disolución exigen algunas formaciones de la oposición.

A la dimisión de estos cuatro ministros hay que añadir que el pasado domingo hizo lo propio el jefe del Gobierno, Mohamed Ghanuchi, quien fue incapaz de soportar la enorme presión social que generaba su presencia al frente del Ejecutivo.

Tras un fin de semana de violencia extrema en las calles de la capital tunecina, con enfrentamientos continuos entre las fuerzas de seguridad y grupos de manifestantes que exigían la dimisión de Ghanuchi, éste abandonó el cargo (en el que llevaba diez años, tanto con Ben Alí, como al frente del gobierno de transición), quien fue sustituido por el veterano Beyi Said Essebsi.

Essebsi, de 85 años y estrechamente vinculado a los círculos tradicionales del poder en Túnez (fue ministro de Asuntos Exteriores durante el mandato del padre de la independencia tunecina, Habib Burghiba) tampoco ha sido bien acogido por la oposición, que le considera como una figura del antiguo régimen sin demasiada capacidad como para encabezar una transición política.

No obstante, parece que el blanco de todas las críticas sigue siendo Ghanuchi, a quien hoy acusó Chebbi de toda la situación de parálisis creada desde la formación del gobierno de transición.

Chebbi culpó directamente a Ghanuchi "hacer fracasar el gobierno de transición por su forma dubitativa y oscura" de gobernar.

Por otro lado, el partido islamista En Nahda (Renacimiento) fue legalizado oficialmente hoy por el ministerio tunecino del Interior, según informaron a Efe fuentes de esta formación.

En Nahda permaneció 23 años en la clandestinidad, todo el tiempo que duró el mandato de Ben Alí (1987-2011) y desde 1991 sufrió una gran campaña de represión, que llevó a la cárcel a muchos de sus dirigentes y militantes y forzó al exilio a muchos otros.

Hace un mes, el líder de En Nahda, Rachid Ghanuchi, llegó a Túnez para participar, según dijo, en el proceso político iniciado tras la revolución que el pasado 14 de enero derribó a Ben Alí.

En Nahda ha anunciado que próximamente convocará un congreso nacional en el que se estudiarán las formas de integrarse de nuevo en la vida política de Túnez.

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