Este artículo se publicó hace 16 años.
El Casón abre sus puertas para contemplar la bóveda de Giordano restaurada
El Museo del Prado celebra la reciente reforma del Casón del Buen Retiro con una exposición y unas jornadas de puertas abiertas en las que el público podrá contemplar restaurado el fresco de Luca Giordano que decora la bóveda del salón principal del edificio.
Antes de que los espacios del Casón, acondicionados y modernizados después de diez años de obras, sean ocupados por el futuro Centro de Estudios, el Prado abrirá sus puertas del 21 de febrero al 4 de mayo de miércoles a domingo y de manera gratuita.
Los visitantes podrán contemplar en torno al fresco más importante de realizó en España, "Apoteosis de la Monarquía española", una exposición monográfica -patrocinada por la Fundación Amigos del Museo- dedicada al artista napolitano y formada en su mayoría por obras pertenecientes al Prado, que conserva la colección más importante que existe de Giordano.
Un total de setenta y cinco obras, entre dibujos, planos arquitectónicos, acuarelas, óleos y estampas, ilustran la pintura del artista en el Casón, su historia, significado, iconografía así como su técnica de ejecución y sucesivas restauraciones. De estas piezas, 56 son pinturas de Giordano.
Miguel Zugaza, director del museo, recordó que las últimas restauraciones han permitido devolver el carácter original al espacio y restituir el protagonismo de la obra de Giordano, "del que el Prado posee el conjunto más numeroso y sobresaliente. El Casón se convierte así en sede principal de la colección de Giordano", artista genial, pero artista olvidado para el gran público.
Luca Giordano "fue un virtuoso en un siglo de virtuosos. Poseía una facilidad extraordinaria de ejecución, era capaz de hacer retratos de memoria y de imitar el estilo de cualquier otro artista o pintar una bóveda en fresco con una rapidez excepcional", comentó Gabriele Finaldi, director adjunto de Conservación e Investigación.
En su opinión, la culminación de la carrera de Giordano, que cosechó muchos éxitos en Italia, fueron los diez años que pasó en España. "Durante los últimos años se ha hecho un esfuerzo por recuperar su obra y su personalidad, aunque todavía sigue siendo un artista por descubrir. La recuperación de la bóveda ha sido casi milagrosa ya que en el pasado se hizo de todo para ocultarla".
Finaldi recordó que el Prado tiene más de ochenta obras de Giordano, "que estarán incluidas en el catálogo razonado en el que se está trabajando".
Andrés Úbeda, conservador de pintura italiana y responsable de la investigación sobre la bóveda iniciada en el año 2001, afirmó que es difícil negar que Giordano es "un artista soberbio y singular al mismo tiempo, lo que no siempre se ha reconocido como tal".
Lo que en vida del artista fueron cuestiones positivas, posteriormente se convirtieron en prejuicios que lo taparon. "Su rapidez de ejecución le hizo ser visto como pintor-decorador, 'fa presto', que trabajaba sin juicio, deprisa, y su capacidad de imitar a otros artistas, "a la manera de", también fue mal vista".
"Eliminar esos prejuicios es uno de los objetivos de este proyecto. Su inmenso talento y experiencia adquirida a lo largo de su vida hicieron que fuera rápido de ejecución. Era una artista extraordinariamente inteligente que se labró su fama y se hizo así mismo".
Presidiendo el salón principal del edificio, en el lugar donde se exhibió durante una década el Guernica de Picasso a su llegada de Nueva York, se exhibe "Rubens pintando la alegoría de la paz", una "obra maestra absoluta de la época juvenil de Giordano".
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