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Las castas e inocentes fotos de 'Papi' Berlusconi y la joven Noemi

El primer ministro italiano desmiente en televisión que las imágenes con la chica que ha forzado su divorcio sean un fotomontaje

HENRIQUE MARIÑO

Ésta es la prueba con la que el primer ministro italiano quiere lavar su imagen: una instantánea photoshopeada que muestra a un Berlusconi de cera, a una señora sonriente y a una joven con velo, tirabuzones y, atentos al detalle, un colgante. El complemento de la chica (Noemi, 18 años y aspirante a velina, o sea, a azafata/bailarina/mamachicho o lo que se tercie) es un regalo de papi. Y papi, ya se sabe, no es su padre sino Berlusconi.

La fotografía que abre esta página no tendría mayor importancia si no fuese por dos razones. La primera: en ella sale Noemi, hasta ese mismo día menor de edad y que tenía por costumbre llamarle de esa cariñosa forma al premier (quien dijo que prefería que le llamase papi a abuelete). Noemi es la culpable, al 50%, de que Veronica Lario quiera separarse del Cavaliere, organizador de un casting entre señoritas de buen ver para elaborar la candidatura de su partido a las elecciones europeas (el otro 50% de la causa de la ruptura).

La segunda: Berlusconi ha presentado una foto presuntamente trucada para demostrar (a su mujer, pero también a la opinión pública) que él no se ha liado con una jovencita de 18 años o, como dice su todavía esposa, que no mantenía una relación con una menor de edad. La prueba, según él, es la inocencia que rezuma la imagen, donde Noemi está acompañada de sus padres. 

'Se han escrito cosas inexactas', ha asegurado Berlusconi a la prensa italiana. 'Les cuento qué ha sucedido realmente. Aquel día me llamó su padre y, cuando supo que aquella tarde iba a estar en Nápoles, insistió para que me pasase al menos un rato por el cumpleaños de su hija'.

Sólo serían un par de minutos, su casa estaba cerca del aeropuerto y para la familia sería el mejor regalo. 'No sé decir que no', reconoció Berlusconi, quien no ve nada extraño haberse acercado al cumpleaños de la hija de un viejo amigo. 'Me hice fotos con todos los invitados, con los camareros e incluso con los cocineros'. Las instantáneas, que circulan por Internet, serán publicadas en la revista Chi.

Sin embargo, la publicación de las imágenes, lejos de exculpar a Berlusconi, han alimentado la polémica. Periodistas y blogueros trasalpinos creen que se puede tratar de un fotomontaje y dejan caer algunas pistas: Berlusconi parece que ha crecido (en altura), la postura de su brazo es artificial y su reflejo en el espejo de la foto superior, acompañado de la familia, resulta artificial. Por último, más allá del montaje, los retoques: Berlusconi, una vez más, aparenta mucho más joven.

Tal vez por ello prefiera que le llamen papi y no... 'Es una broma. Me querían llamar abuelo, pero será mejor que me llamen papi, ¿no?'. Mientras sus abogados se disponían a hacer la cuenta de la lechera para repartir el dinero del Cavaliere con Veronica Lario, éste ya tenía preparada su próxima jugada.

La noche del martes compareció en el programa Porta a Porta, presentado por su amigo Bruno Vespa, un periodista cortesano (y berlusconiano, se entiende) que le sometió a un interrogatorio donde Silvio pudo purgar todos sus pecados.

Allí, dijo que quería mucho a su mujer pero que no hablaría sobre el divorcio. Según Berlusconi, todo el lío ha sido provocado por la izquierda y la prensa progresista. 'No aceptan que mi índice de popularidad sea del 75% y, visto el estado al que ha quedado reducido la izquierda, ha comenzado con ataques personales basados en calumnias'.

Así, sería La Repubblica quien malinterpretaría su relación con Noemi, menor de edad hasta el día en el que se tomaron las fotos. 'Son verdaderas', insistió, y si no 'que manden al restaurante a los periodistas y le pregunten al cocinero, a los empleados y a quien estaba allí si las fotos son falsas'. Respecto a una hipotética relación con una menor de edad, Il Cavaliere sentenció: 'Mentira'.

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