Este artículo se publicó hace 15 años.
Un cauto optimismo recibe a las decisiones del G-20
Los líderes mundiales fueron elogiados el viernes, no tanto por la audacia de su paquete de 1,1 billones de dólares para ayudar a reanimar la economía mundial, sino por al menos no empeorar la crisis al lograr ponerse de acuerdo.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, alabó la cumbre del G-20 de Londres el jueves como un "punto de inflexión", después de que la reunión coincidiera con al publicación de datos en Estados Unidos, Europa y China que sugerían que la peor crisis desde los años 30 podría haber tocado fondo.
Los mercados reaccionaron en general de forma positiva a los resultados de la cumbre, aunque ese optimismo se pondrá a prueba más tarde, cuando se publiquen los datos de desempleo en Estados Unidos correspondientes a marzo, después de que otras cifras de paro apuntaran a un empeoramiento del mercado laboral en todo el mundo.
El yen cayó contra otras monedas de mayor rendimiento como el kiwi y registró un mínimo de seis meses contra el dólar australiano, lo que hizo a los analistas ver apoyos allí y en los mercados emergentes debido a las medidas del G-20 para reforzar el papel del Fondo Monetario Internacional (FMI).
El euro y el dólar aguantaron mejor contra el yen, con el dólar subiendo ligeramente a 99,65, después de haber superado durante la jornada la importante barrera psicológica de los 100 yenes.
DURAS PALABRAS
Los líderes del G-20 señalaron que las medidas acordadas elevarían la producción mundial en torno a un 4 por ciento para finales de 2010, aunque fueron poco precisos sobre las cantidades gastadas hasta ahora en planes de estímulo, que se estiman entre los 2 y los 5 billones de dólares.
Se acordó triplicar los recursos del FMI a 750.000 millones de dólares, así como un paquete de 250.000 millones durante dos años para respaldar los flujos mundiales de comercio, que según las previsiones caerán un nueve por ciento este año.
Los líderes de las naciones más grandes y ricas del planeta, que suponen más del 80 por ciento del comercio mundial, acordaron también endurecer las normas sobre los paraísos fiscales, los 'hedge funds' (fondos de alto riesgo) y las agencias de crédito.
Sin embargo, es posible que los mercados se animaran no tanto por las grandes cifras prometidas como por el hecho de que no hubo resultados dramáticos de la cumbre, tras las duras palabras pronunciadas en la víspera por el presidente francés, Nicolas Sarkozy
Sobre la cumbre planeaba la amenaza de una ruptura entre Washington, que quiere inyectar más dinero en las economías para lograr un regreso al crecimiento económico, y Francia y Alemania, que preferían aumentar la regulación de la industria financiera.
"Esperábamos mucha discordia entre EEUU y Reino Unido y Francia y Alemania, con China también metiendo la nariz, pero parecen haber salido del encuentro como un grupo conectado, parecen estar de acuerdo", dijo Dwyfor Evans, estratega de moneda de State Street Global Markets en Hong Kong.
"Implica que hay coordinación de políticas y no discordia de políticas", dijo.
Otras reacciones fueron más escépticas.
"Por ahora, al menos los billones de préstamos inamovibles, sobre valorados y que siguen en las hojas de cuentas de los bancos del mundo están olvidados. Es impresionante lo que hacen una sonrisa victoriosa y algunos estrechones de manos colectivos", comentó Sean Keane, director de cuenta de Triple T Consulting en Nueva Zelanda y antiguo estratega de Credit Suisse.
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