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A la caza del cangrejo rojo

Pescadores asturianos tratan de exterminar una especie invasora dañina

DAVID BOLLERO

Hace ya unos 15 años que aparecieron los primeros ejemplares de cangrejo rojo o americano (Procambarus clarkii) en la cuenca del río Narcea (Asturias). Desde entonces, la población de esta especie con una extraordinaria capacidad reproductora y una voracidad extrema se ha multiplicado, y se estima en varios millones. La Asociación de Pescadores El Bazao puso en marcha el año pasado el Proyecto Cangrejo para reducir la población de esta especie en la cuenca. Según el coordinador de Proyectos y Comunicación de El Bazao, Pablo Osendi, la erradicación total 'es imposible', por lo que se ha optado por acciones de exterminio.

La campaña de 2008 se saldó con algo más de 15.000 ejemplares capturados, y este año se prevé duplicar esa cifra. Los resultados se anunciaron en la III Semana de la Pesca y del Medio Ambiente, que cuenta con el apoyo de la Fundación Biodiversidad y del Ayuntamiento de Tineo.

El coordinador del proyecto interpreta los resultados positivamente, pero lamenta que estas cifras de capturas revelen que las estimaciones de colonización se han quedado excesivamente cortas.

Este récord en animales apresados se debe, en gran medida, a 'la ampliación del radio de acción del exterminio, así como a todos los conocimientos adquiridos durante el primer año', apunta Osendi, 'que nos han ayudado a afinar más las actuaciones y sus localizaciones'. El embalse Calabazos, el río Narcea y su afluente el Pigueña son las zonas de mayor riesgo.

Las capturas son sacrificadas a pie de río arrancándoles la médula espinal, tal y como dicta la normativa para evitar nuevas colonizaciones. Buena parte de los animales se donan a instituciones públicas y a particulares para fomentar su consumo en la cocina y la pesca deportiva, que contribuye a la erradicación.

Osendi incide en la importancia de la labor de divulgación, 'sensibilizando a la sociedad de los gravísimos riesgos que supone la introducción de especies exóticas en hábitats impropios'. De hecho, se cree que los primeros ejemplares de cangrejo rojo se introdujeron en el embalse de Calabazos por la acción bienintencionada de algún pescador que quería contribuir al ecosistema, facilitando alimento a los salmones.

El Proyecto Cangrejo se da a conocer a través de charlas y conferencias, y cuenta con un blog en Internet.

Además de los beneficios ecológicos que aporta el proyecto, desde la Asociación de Pescadores se valora muy positivamente el desarrollo rural al que ha contribuido, con la creación de varios puestos de trabajo.

 Los predadores naturales del cangrejo americano son la nutria, la garza real y los salmónidos adultos, pero no parecen haber sido suficientes para poner cerco al frenesí reproductor de esta especie. Como consecuencia, se ven afectadas especies como el salmón atlántico, la anguila europea, la lamprea, la trucha migratoria y común, así como todo tipo de anfibios e invertebrados. Además, el cangrejo rojo es portador de una bacteria contra la que está inmunizado; no así el cangrejo autóctono, para el que este microbio es mortal. Aunque en Asturias aún no ha sucedido, el cangrejo americano escarba madrigueras, lo cual, según se ha constatado, ha llegado a cambiar el pH de algunas aguas.

 

 

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