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La CE dispuesta a hacer concesiones sobre la liberalización del cultivo de viñas

Agencia EFE

La comisaria europea de Agricultura, Mariann Fischer Boel, mostró hoy flexibilidad respecto a su proyecto de liberalizar en 2014 el cultivo de viñas en la UE, pues abogó por soluciones transitorias, sobre todo para denominaciones de origen e incluso apuntó que sería admisible un retraso de uno o dos años más.

Fischer Boel reaccionó así ante la posición de muchos países, como Francia y España, que hoy cuestionaron durante el Consejo de Agricultura de la UE la idea de Bruselas de poner fin en 2014 a los actuales derechos de plantación, que actualmente restringen el cultivo de vides.

Los ministros continuaron hoy la negociación sobre la reforma de la regulación del mercado del vino, que plantea medidas para promover el arranque voluntario de 200.000 hectáreas entre 2008 y 2013, para que se vayan del sector los menos competitivos y después, en 2014, liberalizar la producción de vino.

La comisaria aseguró, en rueda de prensa, que a largo plazo el objetivo debería ser acabar con el sistema de derechos de plantación y que, si éste es el fin, "un retraso de uno o dos años (respecto a 2014) no sería una catástrofe ni estropearía la reforma".

Por otro lado, admitió que habrá que encontrar "medidas especiales" para las denominaciones de origen.

Un grupo numeroso de estados, como Alemania, Italia, España, Grecia o Francia reclamaron revisar en 2013 la situación del sector vitivinícola y el funcionamiento de la reforma, antes de acometer una liberalización del cultivo de viñas, según fuentes comunitarias.

Por el contrario, los países del norte y de Europa central son favorables a que acaben los derechos que regulan actualmente las plantaciones.

En concreto, la ministra española de Agricultura, Elena Espinosa, pidió que las denominaciones de origen puedan "decidir por ellas mismas" si quieren liberalizar o no las plantaciones.

La comisaria manifestó durante el Consejo estar "dispuesta a considerar medidas temporales con el fin de asegurar un "aterrizaje suave" al sector vitivinícola, frente a la liberalización.

Por otro lado, los ministros de Agricultura volvieron a discutir sobre otro de los aspectos más polémicos de la reforma: la intención de Bruselas de prohibir el añadido de azúcar en el vino, práctica conocida como la chaptalización.

Los ministros repitieron sus posiciones clásicas: los del norte y centro de la UE, encabezados por Alemania y Francia rechazan esa prohibición, mientras que España y los del sur la apoyan.

Fischer Boel indicó que podría aceptar "soluciones" o excepciones para ayudar a los pequeños productores que se vieran afectados.

Según fuentes comunitarias, un grupo de países reclamaron que la prohibición o el mantenimiento de la chaptalización entre dentro del conjunto de elementos de la negociación final de la reforma.

La regulación propuesta por Bruselas plantea que se suprima el añadido de azúcar al vino como compensación por otra medida que afectaría a los países del sur: el fin de las ayudas al mosto.

La ministra española calificó hoy de "prematura y arriesgada" la propuesta de Bruselas de liberalizar en el año 2014 el cultivo de viñas y suprimir los derechos de plantación, pues esa medida "debe ser abordada según la eficacia" de la reforma.

Espinosa remarcó que los países deben disponer de "herramientas jurídicas para ajustar su producción a la demanda del mercado, especialmente en lo que concierne a las denominaciones de origen".

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