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El Cementerio de Arlington, el santuario de los héroes de EE.UU.

EFE

El Cementerio Nacional de Arlington, donde hoy será enterrado el senador Edward Kennedy, es el camposanto más simbólico del país, un santuario donde se venera a los héroes de guerra y donde descansan algunos de los grandes líderes de la nación.

Edward Kennedy, fallecido el martes a los 77 años de edad, recibirá hoy sepultura en el memorial donde ya descansan sus dos hermanos asesinados, John y Bob Kennedy.

El cementerio, situado en los aledaños de Washington, es en sí mismo un destino turístico de la ciudad, pues recibe cerca de cuatro millones de visitantes al año.

Pero el camposanto es fundamentalmente, con 300.000 militares enterrados, el lugar donde descansan los grandes héroes de la nación, especialmente los caídos en batalla, y otros miembros de las fuerzas armadas destacados.

Kennedy tiene derecho a descansar en este cementerio porque formó parte de las filas del Ejército entre 1951 y 1953, y recibió baja honorable de su breve carrera castrense.

Además de como antiguo soldado, obtuvo el derecho a ser sepultado en Arlington como Senador fallecido durante su mandato.

Para muchos estadounidenses ese predio es territorio sagrado de la patria, y la imagen de largas hileras de lápidas austeras en la colina junto al río Potomac y cerca del Pentágono es una de las más perdurables en la memoria de quienes visitan o han visto Washington en postales y películas.

El cementerio militar se estableció durante la Guerra Civil (1861-65) en la granja expropiada al general Robert E. Lee -jefe de las fuerzas militares de Virginia, sublevadas contra la Unión- y su esposa Mary Anna Custis, una descendiente de Martha Washington, esposa del primer presidente del país, George Washington.

En ese cementerio están sepultados excombatientes y soldados muertos en cada una de las guerras de Estados Unidos desde su propio conflicto interno y hasta las campañas todavía en curso de Irak y Afganistán.

En lo alto de la colina principal la que fuera mansión de los Lee-Custis sirve ahora de sede a la oficina del Cementerio, el centro de información para visitantes.

Millones de estadounidenses, al menos una vez en su vida, concurren a Arlington para honrar a su muerto en alguna de las tantas guerras mayores y campañas menores que han ocupado la mayor parte de la existencia de Estados Unidos.

Para los turistas, uno de los puntos de mayor atracción es la "Tumba de los Desconocidos", conocida también como la tumba del soldado desconocido, el monumento dedicado a los soldados que han muerto y cuyos restos no se han identificado.

El monumento hecho de mármol Yule, extraído de canteras en Colorado, consiste de siete piezas con un peso de 72 toneladas, y se completó e inauguró en 1932.

Allí están depositados los restos, nunca identificados, de un soldado de la Primera Guerra Mundial, otro muerto en la Segunda Guerra Mundial, uno de la Guerra de Corea, y uno de la guerra de Vietnam.

En torno a la Tumba de los Desconocidos monta guardia permanente una escuadra de soldados del Tercer Regimiento "La vieja guardia" de Infantería del Ejército de EEUU, cuyos soldados cumplen con precisión muy ensayada un cambio de guardias que atrae a muchos visitantes.

El otro punto de atracción es el lugar donde se encuentran las tumbas del ex presidente John F. Kennedy, de quien fuera su esposa Jacqueline, dos de sus hijos, y el ex senador Robert F. Kennedy.

Las tumbas son sencillas, con sólo una lápida encima y están colocadas en un terraplén sobre el cual arde una llama permanente, visible por las noches desde el otro extremo del Puente Memorial y el Monumento de Lincoln.

Es allí donde hoy se agregará la sepultura de Edward Kennedy, el último patriarca de esta venerada dinastía política.

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