Este artículo se publicó hace 16 años.
Chad Hurley, el emperador de YouTube, amplía sus conquistas virtuales
Con apenas treinta años, Chad Hurley es, sin duda, uno de los hombres más ricos que ha pasado por Mipcom. Pero como todo millonario, quiere más: hoy ha anunciado en Cannes un nuevo acuerdo con la RAI y ha desglosado el creciente negocio publicitario en su portal.
"YouTube es sólo la extensión sobredimensionada de lo que era el día uno de su creación", asegura Hurley, el mismo que en febrero de 2005, desde un garaje de Silicon Valley en Estados Unidos, creaba junto a Steve Chen y Jawed Karim una pequeña aplicación para compartir vídeos en internet llamada a revolucionar el mundo.
Durante estos días, en la feria audiovisual Mipcom "vídeo bajo demanda" ha sido una de las expresiones más oídas y el culpable de este concepto -que ha provocado la adaptación sobre la marcha de todas las televisiones del mundo- compareció hoy ante un grupo reducido de medios no para presentar sus excusas, sino para seguir confirmando su amenaza.
"Casi todos los usos que ha recibido YouTube han sido inesperados para los que lo creamos, pero creo que la posición de internet como enemigo de las televisiones está ya superada, porque poco a poco vamos encontrando formas de que todos resultemos beneficiados".
Miles de televisiones ven cómo sus contenidos son volcados en la red poco después de ser emitidos y, en consecuencia, miles de espectadores se trasladan a este portal que suma ya 280 millones de visitas mensuales.
Así, pese a su vocación inicial de ser "el escenario del mundo", YouTube cambió su rumbo en el momento en el que fue comprada por Google por 1.760 millones de dólares en 2006.
Desde entonces, "la función del portal se ha convertido en una mezcla entre el apoyo al creador individual, para dar oportunidad a grandes contadores de historias anónimos, y las empresas de comunicación y ocio tradicionales" y ese parece ser el camino tomado por YouTube.
Hoy, la RAI se sumaba a otras cadenas como CBS, Lionsgate y Antena 3 o a discográficas como Sony BMG y Warner, que han alcanzado acuerdos con YouTube, que ha vuelto a lavarse las manos en materia de derechos de autor.
"Es un tema muy complejo, con legislaciones que cambian de país a país", dijo Hurley sin entrar en detalles, aunque dejando claro que "poco a poco esta manera de consumir televisión se va haciendo más y más sólida, por lo que quizá haya que empezar a asumir que esto forma parte de la revolución digital".
Pero, mientras preparan la definitiva ampliación de la duración de los vídeos que se comparten en internet -hasta ahora limitada a diez minutos-, con un sistema de subtitulado ya en marcha e incluso con las campañas políticas de EEUU o España contando con su poder de convocatoria, ¿cuál será el próximo paso para YouTube?
De momento, la publicidad comienza su entrada en acción. Los contenidos con más audiencia ya han recibido el visto bueno, desde hace cuatro meses, para incluir anuncios y Hurley vuelve a poner las cartas sobre la mesa.
"Somos un campo especialmente poco vulnerable a la crisis económica. La publicidad on line está creciendo cada vez más, porque es mucho más fácil de medir su impacto y de dirigir al público objetivo", asevera.
Y, por si fuera poco, la programación propia también está en sus albores. Además de crear su propio festival de cortometrajes o permitir a sus usuarios remitir preguntas a los mismísimos Rolling Stones, YouTube también empieza a financiar su propia programación.
Así, Chad Hurley apuesta por Seth MacFarlane, el creador de "Padre de Familia", al que ha financiado junto a Burger King una serie de cortometrajes exclusiva para el portal.
"Para nosotros no resta pureza a la idea original de YouTube. Seguimos ayudando a la gente que nos parece que tiene algo que contar", reconoce.
YouTube ha vivido episodios menos agradables, como cuando el grupo maoísta y terrorista peruano Sendero Luminoso difundió a través de la página sus mensajes proselitistas, o como cuando el coreano Cho Seung-Hui colgó su discurso anterior a la matanza que perpetró en la universidad de Virginia, en Estados Unidos.
Pese a estos casos, ante los que YouTube, como con el contenido pornográfico, sí ha impuesto la censura, Hurley asume que "no se puede controlar todo lo que sucede en internet, aunque nosotros borramos esos contenidos en cuanto fueron localizados".
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