Este artículo se publicó hace 14 años.
Chile reduce la cifra oficial de fallecidos por el seísmo a 279
Los equipos de rescate han abandonado la búsqueda de supervivientes en algunas zonas del centro y el sur de Chile devastadas por el seísmo y los tsunamis, mientras que el Gobierno generó confusión al reducir el número oficial de muertos.
El subsecretario del Ministerio del Interior, Patricio Rosende, informó sin dar explicaciones de que las autoridades identificaron a 279 fallecidos, un día después de que comunicaran que los muertos alcanzaban los 802 sin dar los nombres de las víctimas.
Fuentes oficiales dijeron que el Gobierno cometió un error al incluir en la lista de víctimas personas desaparecidas que fueron encontradas posteriormente vivas.
La nueva cifra oficial parece no reflejar el testimonio de los responsables locales, que han estimado que uno de los peores desastres en la historia ha costado la vida a cientos de personas, mayormente en pueblos costeros que fueron borrados del mapa por varios tsunamis tras el temblor.
"Todas las labores de búsqueda y rescate, particularmente de los cuerpos que han sido avistados en el mar, están en pleno desarrollo y por cierto la cifra (oficial de fallecidos) cambiará en los próximos días", aclaró Rosende en un comunicado.
En medio de replicas que aterrorizan a la población de la costa, que se ha refugiado en cerros por temor a nuevas olas gigantes, un temblor de 6,3 de magnitud en la norteña localidad de Calama, que no dejó daños en el corazón minero de Chile, llevó más angustia a un país que no sale de la conmoción.
En las playas del centro y sur del país, el mar comenzó a devolver cadáveres de personas arrastradas por los tsunamis generados por el terremoto de 8,8 grados el sábado.
En localidades costeras como la isla Orrego, los testigos dijeron a Reuters que las olas se llevaron a la mayor parte de las 200 personas que estaban acampadas y dormían cuando sucedió el terremoto.
"Se murieron todos allá. Habían familias completas, de 10, 12 personas. Todos acampando. Yo perdí todo. Toda mi familia y mi casa", dijo Mario Leal, un pescador de 30 años que nadó hasta tierra firme en busca de ayuda que no pudo conseguir.
La presidenta, Michelle Bachelet, dijo que Chile, una de las economías más sólidas de Latinoamérica, podría necesitar ayuda financiera internacional para la reconstrucción. El secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, visitará el país el viernes para evaluar los daños.
Los especialistas han calculado en unos 30.000 millones de dólares los daños, equivalente al 15 por ciento del PIB.
La reconstrucción del país podría llevar entre tres y cuatro años, dijo la presidenta, que termina su mandato la próxima semana.
Intentando no perder tiempo, el presidente electo Sebastián Piñera designó el jueves a ingenieros civiles como jefes de las regiones devastadas.
"Nuestro futuro Gobierno no va a ser el Gobierno del terremoto, va a ser el Gobierno de la reconstrucción", dijo Piñera.
El Gobierno declaró duelo nacional de tres días a partir del domingo.
IMPACTO ECONÓMICO
La estatal Codelco dijo el jueves que todas las minas de cobre, base de la economía chilena, retomaron su actividad.
Pero infraestructuras clave para el país como refinerías, plantas siderúrgicas y de celulosa, embotelladoras, fábricas de alimentos y caminos resultaron dañadas.
"Este es un terremoto devastador (...) creo que todavía no tenemos esa dimensión exacta del daño en algunas partes", admitió Bachelet.
En una pequeña señal de normalidad, los vuelos comenzaron a despegar el jueves con mayor regularidad desde el aeropuerto de Santiago, donde se improvisó una sala de embarque en tiendas de campaña por daños en la terminal.
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