Este artículo se publicó hace 15 años.
China condena a un destacado disidente a 11 años de cárcel
El disidente más famoso de China, Liu Xiaobo, fue condenado el viernes a 11 años de cárcel por su campaña en favor de las libertades políticas, una dura sentencia sobre cargos de subversión que fue rápidamente condenada por los grupos de derechos humanos y por Washington.
Liu, quien cumple 54 años el lunes, ayudó a organizar la petición "Charter 08", que solicitaba amplias reformas políticas. Antes de eso, ya se había destacado en las protestas de 1989 por la democracia, que se centraron en la Plaza de Tiananmen y fueron reprimidas por el Ejército.
Liu escuchó de pie la condena de un juez que lo halló culpable de "incitar a la subversión del poder estatal" por su papel en la petición y por unos ensayos publicados online que criticaban al Partido Comunista en el poder, dijo el abogado defensor Shang Baojun.
A Liu no se le permitió responder a la condena.
"Xiaobo y yo estábamos muy tranquilos cuando se leía el veredicto. Estábamos preparados mentalmente para eso y para que él recibiera una sentencia larga", dijo la esposa de Liu, Liu Xia, a quien se permitió presenciar el veredicto. El miércoles se le había prohibido asistir al juicio.
"Luego nos permitieron estar 10 minutos juntos y él me dijo que él apelará, incluso si es baja la probabilidad de éxito", dijo.
Liu ha sido uno de los críticos más combativos del sistema de Gobierno de un solo partido en China. Su caso generó peticiones de Gobiernos occidentales y activistas de derechos tanto en China como en el exterior. La dura sentencia, poco común, generó nuevas quejas, que posiblemente crezcan.
China "ve a Liu Xiaobo como una figura representativa, y cree que puede asustar a otros para llevarlos al silencio con una sentencia tan dura", dijo Yu Jie, escritor disidente y activista cristiano.
El presidente "Hu Jintao piensa que como Occidente está débil y los derechos humanos pasan a un segundo plano, él puede ignorar la presión por los ataques contra la libertad de expresión", agregó.
En las afueras de la Primera Corte Popular de Media Instancia de Pekín, un diplomático estadounidense dijo que Washington estaba "profundamente preocupado".
"Continuamos pidiendo al Gobierno de China que lo libere inmediatamente y respete el derecho de todos los ciudadanos chinos a expresar pacíficamente sus opiniones políticas en favor de las libertades fundamentales reconocidas universalmente", dijo el diplomático.
La Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay, dijo en un comunicado que el veredicto cierne una "sombra ominosa" sobre los compromisos de China para proteger los derechos humanos.
"La condena y la sentencia extremadamente dura contra Liu Xiaobo marcan una nueva restricción severa sobre el alcance de la libertad de expresión en China", dijo.
China, animada por la fortaleza de su economía y los problemas de las potencias occidentales, parece tener poca paciencia ante la presión por sus estrictos controles sobre las actividades políticas de los ciudadanos.
Las cortes chinas, controladas por el Partido, muy rara vez absuelven a los acusados, especialmente en casos políticamente delicados.
Amnistía Internacional y Human Rights Watch rechazaron el veredicto. Partidarios online y simpatizantes exhibieron cintas amarillas en señal de solidaridad.
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