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China pierde 1.000 lagos

La sequía y la contaminación han destruido 20 acuíferos al año en medio siglo

ANDREA RODÉS

Los otoños suelen ser fríos en la capital china, pero la intensa nevada que cayó el pasado 1 de noviembre sobre Pekín dejó a más de uno sorprendido.

No se trató de un fenómeno natural: la nieve fue creada artificialmente por el Buró de Modificación del Tiempo, que se encarga de bombardear las nubes con cohetes de yoduro de plata para provocar precipitaciones cuando la meteorología es idónea.

'No desaprovecharemos ninguna ocasión de crear precipitaciones artificiales para aliviar la persistente sequía que sufre Pekín', explicó a los medios chinos Zhang Qiang, responsable del Buró.

La sequía que azota desde hace décadas el norte de China, y que ahora se expande por las provincias agrícolas del interior y del sur por efecto del cambio climático, se ha convertido en un problema serio, pero no es el único que agrava la escasez de acuíferos que sufre el país. El desarrollo económico desenfrenado de las últimas décadas ha disparado el consumo de agua y la contaminación, llevando a la desaparición de más de 1.000 lagos en 50 años, según un reportaje publicado en el diario en inglés The Global Times.

El Gobierno admite un deterioro sin control de la calidad del agua

La rehabilitación de los lagos de China fue el tema principal de la decimotercera Conferencia Mundial sobre Lagos, celebrada este mes en Wuhan, ciudad industrial a orillas del río Yangtzé. Wuhan es la capital de Hubei, conocida como la 'provincia de los mil lagos', pero hoy la región tiene sólo un tercio de los recursos acuáticos de hace 50 años. Y el 80% de los lagos de la vertiente sureste del Yangtzé, que incluye Hubei y las regiones más industrializadas del delta hasta Shanghai, están contaminados por vertidos químicos o plagas de algas.

'El deterioro de la calidad del agua aún no está bajo control', reconoció el ministro chino de Recursos Acuíferos, Chen Lei, en la conferencia. Según Greenpeace, el 70% de los ríos, lagos y reservas acuíferas chinas no son seguras para uso humano. Chen explica que la mayoría de lagos del sureste de China sufre eutrofización, un exceso de nutrientes por vertidos industriales que provoca plagas de algas y la muerte de especies autóctonas.

Greenpeace afirma que el 70% de las reservas acuíferas no son potables

Un caso alarmante es el lago Taihu, el tercero más grande de China, cerca de Shanghai, principal recurso de agua potable para cuatro millones de personas. En 2007 sufrió una plaga de algas verdeazuladas.

Las autoridades emprendieron un proyecto millonario para limpiar el lago y han cerrado decenas de fábricas y criaderos de cangrejos, los principales culpables, pero el nivel de polución es aún alto.

'No depende de cuánto se gasten en limpiar, sino de evitar que las empresas sigan vertiendo', explica Yu Hui, de la Academia de Ciencias Medioambientales.

En mayo de 2008, el Gobierno chino aprobó su primera ley de información medioambiental, que obliga a las empresas contaminantes a notificar sus vertidos a los medios de comunicación en un plazo de 30 días. Pero no se aplica con rigor. Según Greenpeace, las empresas locales y extranjeras incluyendo gigantes como Shell, Samsung, Nestlé, LG, Kraft, Motorola, Denso y Bridgestone no publican los vertidos que generan.

Los vertidos no son los únicos responsables de la muerte de 20 lagos al año en China, dice Zhang Yongchun, experto del Instituto de Ciencias Medioambientales de Nanjing. La construcción de presas como las Tres Gargantas, la desviación de ríos y afluentes o la deforestación masiva llevada a cabo bajo el mandato de Mao han acelerado la acumulación de arena en el fondo de ríos y pantanos, reduciendo los cauces y modificando los ecosistemas.

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