Los chinos se quedan con el lado pragmático de Obama

En su discurso de investidura el 20 de enero, Barack Obama evocaba a las generaciones anteriores que "vencieron al fascismo y al comunismo, no sólo con misiles y tanques sino con alianzas y convicciones firmes". En la transmisión de la ceremonia en China se suprimió la referencia al comunismo, como también algún otro pasaje.

Ante la visita de la jefa de la diplomacia de Obama a Pekín, los censores chinos estaban más relajados. Con una franqueza sorprendente HillaryClinton dejó claro de antemano que el espinoso asunto de las violaciones de derechos humanos en China es secundario a la lucha común contra el calentamiento global o la solución de la crisis económica.

Por si quedaba alguna duda sobre el alcance del "cambio" en la política exterior del nuevo Gobierno de EEUU, Clinton ha confirmado que se guía sobre todo por el pragmatismo. Muchos dirigentes curtidos en la alta diplomacia suelen rechazar con cierta condescendencia la ingenuidad de aquellos que exigen a los gobiernos de las democracias occidentales que presionen más al poderoso régimen chinopara que deje de encarcelar, torturar y ejecutar a disidentes año tras año.

Los problemas medioambientales y la crisis económica destrozan a muchas más vidas en China que las fuerzas de orden público

De cierto modo, a Hillary no le falta razón. Los problemas medioambientales y la crisis económica destrozan a muchas más vidas en China que las fuerzas de orden público. Las propias organizaciones de derechos humanos dan cada vez más importancia a los llamados "derechos económicos" y no se limitan a denunciar los casos de tortura o la falta de libertad de expresión.

"A todos los que se aferran al poder a través de la corrupción, el engaño y silenciando a los disidentes: que sepáis que estáis en el lado equivocado de la historia", dijo Obama en las escaleras del Capitolio. Menos mal que esta frase también fue censurada. Así los chinos se ahorran las odiosas comparaciones entre los discursos del presidente y el pragmatismo de la secretaria de Estado.