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El CICR insta a aumentar la ayuda a las comunidades de acogida de desplazados

EFE

La mayoría de las personas desplazadas en sus propios países no termina en campamentos, sino en comunidades y familias, por lo que el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) instó ayer a ayudar a estas comunidades de acogida.

"Cuando la gente piensa en desplazados internos piensa automáticamente en tiendas y campamentos. Pero muchos de los 26 millones de desplazados que existen no viven en campamentos", dijo el presidente del CIRC, Jakob Kellenberger, al presentar un informe sobre este problema.

"El informe sugiere que campamentos enormes, como el de Gereida en la región de Darfur en Sudán, que alberga a alrededor de 148.000 personas, no son más que una parte del problema", agregó Kellenberger.

En Pakistán, por ejemplo, la gran mayoría de los dos millones de desplazados por los combates registrados este año no fueron a campamentos, recordó.

El informe afirma que los desplazados internos son a menudo más vulnerables ya que dependen de la ayuda de las comunidades de acogida, que pueden ser extremadamente pobres.

"El reto, por lo tanto, es asistir no sólo a los desplazados sino también a las personas que les acogen", dijo Kellenberger.

Así, se mostró a favor de los campamentos como una medida temporal para atender las necesidades más urgentes, aunque recordó que también tiene desventajas.

En este sentido, dijo que estos campamentos pueden incitar a la dependencia y favorecen el que los desplazados no quieran volver a sus hogares cuando la situación lo permita.

"Además, pueden surgir tensiones entre los residentes de los campamentos y la población de las comunidades vecinas que no disfrutan de los servicios ofrecidos en el refugio", lamentó.

"Los campamentos de acogida son sólo la punta del iceberg. A veces el mayor reto es simplemente acceder a los desplazados", recoge, por otra parte, el informe.

Aunque se estima que hay alrededor de 26 millones de personas desplazadas en todo el mundo, el documento asegura que "nadie sabe a ciencia cierta cuántos son, ya que muchos permanecen ocultos, sin recibir ninguna asistencia y sin contabilizar".

En países como Afganistán, Colombia, la República Democrática del Congo, Georgia, Kenia, Liberia, Pakistán, Filipinas, Somalia y Sudán, los desplazados internos son expulsados de sus hogares y privados de seguridad, vivienda, alimentos, agua, medios de subsistencia y el apoyo de sus comunidades.

"Las dificultades a las que se enfrentan son a menudo extremas y amenazan su supervivencia", explica el informe.

Así, señala que los desplazados internos sufren "ataques directos y malos tratos, la pérdida de sus propiedades, un aumento del peligro de separación de los niños de sus padres, el incremento de la amenaza de violencia sexual y la falta de acceso a la sanidad y otros servicios básicos".

"Los desplazamientos internos son uno de los retos humanitarios más desalentadores de hoy en día", lamentó el presidente del CICR.

Unos 3,77 millones de desplazados internos se beneficiaron en 2008 de la ayuda humanitaria ofrecida por el CICR, a menudo en colaboración con la Cruz Roja Nacional y con la Media Luna Roja, en 36 países.

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