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Un científico británico experimenta una píldora para alargar la vida unos 12 años

EFE

El científico británico John Speakman está experimentando en ratones una píldora para prolongar la vida que, de ser efectiva en los humanos, podría aumentar la longevidad en unos doce años, según ha explicado a Efe.

Esta pastilla tiene entre sus componentes básicos la tiroxina, una hormona antioxidante capaz de activar la proteína UCP2, que, a su vez, reduce la producción en el organismo de radicales libres, que son los grupos de átomos que conllevan a la degeneración de las células del cuerpo y que, por tanto, aceleran el envejecimiento.

Así se podría resumir, de forma muy esquemática, el complejo funcionamiento de este revolucionario medicamento que, de funcionar, permitiría a las personas no sólo vivir más tiempo, sino alargar su vida profesional y tener una mejor calidad de vida, según afirma este profesor de Zoología de la universidad escocesa de Aberdeen.

Hace dos años, el equipo de Speakman comprobó que la vida de las moscas de la fruta se alargaba entre un diez y un quince por ciento si se añadía un gen que producía la proteína UCP2.

Ahora, los científicos están probando en ratones la efectividad de esta píldora, que, aunque no sería el ansiado elixir de la eterna juventud, permitiría alcanzar una de las metas que el hombre ha estado persiguiendo durante los últimos 5.000 años, como es la forma de retrasar el envejecimiento.

"Actualmente estamos investigando cuáles son los niveles adecuados de tiroxina que se tienen que administrar a los animales para que la píldora tenga efecto y no cause complicaciones adversas, ya que un exceso de tiroxina puede tener efectos secundarios. La dosis es primordial", advierte Speakman.

No obstante, en caso de que el experimento funcionase en los ratones, aún habría que esperar unos veinte años hasta que esta pastilla, que sería de consumo diario, llegara a comercializarse, pues tendría que pasar estrictas pruebas en humanos y varios ensayos clínicos.

El científico británico cree que esta píldora, que podría llegar a alargar la vida de las personas "unos doce años", se tendría que empezar a tomar a partir de los cuarenta o cincuenta años, que es cuando se empiezan a sufrir complicaciones de salud y a notar los efectos del envejecimiento.

Pero hasta que no se halle la fórmula científica que permita aumentar la esperanza de vida, la humanidad deberá intentar por sus propios medios retrasar el inevitable proceso de envejecimiento llevando a cabo un estilo de vida saludable, lo que implica, entre otras restricciones, no fumar, no beber alcohol en exceso o no ingerir comida grasa.

Speakman considera que el objetivo de retrasar el envejecimiento no debe ser sólo alargar la vida para incrementar el período de inactividad o jubilación, sino garantizar una vida saludable que permita a las personas de edad avanzada sentirse útiles en la sociedad prolongando "su periodo activo".

A lo largo de los últimos 150 años la esperanza de vida ha aumentado extraordinariamente en los países más avanzados, hasta el punto de que en algunos estados occidentales la longevidad media de sus ciudadanos ronda los ochenta años.

El experto cree que la esperanza de vida está llegando a su límite biológico y que de aquí a finales de siglo aún crecerá, aunque de forma mucho más moderada, hasta alcanzar los noventa años de media de vida.

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