Este artículo se publicó hace 16 años.
Un circo esconde cuatro elefantes para evitar su aprehensión en Brasil
Un circo que hace algunas semanas está acampado en la capital brasileña consiguió hoy la difícil proeza de esconder sus animales, entre ellos cuatro elefantes, dos jirafas y un hipopótamo, para evitar que fuesen aprehendidos.
Los fiscales del Instituto Brasileño de Medio Ambiente (Ibama) que acudieron hoy al circo para inspeccionar la situación de los animales ante denuncias de malos tratos constataron que todos habían desaparecido, informó la estatal Agencia Brasil.
El hecho ocurrió cuatro días después de que el Ibama aprehendió dos chimpancés y un hipopótamo del circo para supuestamente evitar que siguieran siendo blanco de malos tratos. Los animales tuvieron que ser devueltos a sus dueños un día después por orden judicial.
En el local en que está acampado Le Cirque, un tradicional circo brasileño de propiedad de la familia Stevanovich y que realiza constantes giras por Brasil, Argentina y Uruguay, nadie sabe decir lo que ocurrió con los animales.
Algunos vecinos dijeron que vieron los camiones con las jaulas de los animales salir en caravana hacia un lugar desconocido poco antes de que los fiscales llegaran al circo, que está instalado en Brasilia desde finales de julio para una temporada que inicialmente estaba prevista hasta el 25 de septiembre.
Pese a que la tienda principal del circo aún está montada, las taquillas están cerradas y ningún funcionario sabe decir si el espectáculo proseguirá.
Además de los cuatro elefantes, las dos jirafas y el hipopótamo, entre los desaparecidos también figuran una cebra, un camello, los chimpancés y varios caballos.
Los integrantes del circo llamaron la atención esta semana al organizar una colorida e inédita manifestación frente a la sede del Congreso Nacional para protestar contra la supuesta persecución de los fiscales ambientales y garantizar que los animales reciben buenos tratos.
Los fiscales del Ibama dicen haber constatado situaciones de malos tratos a los animales, así como problemas de orden sanitario y de riesgo a la seguridad pública.
Según el organismo, dos de los chimpancés habían sido castrados y carecían de todos los dientes. El Instituto asegura, igualmente, que por falta de espacio adecuado las jirafas no consiguen mantener la cabeza levantada cuando están dentro de la lona ni en los locales en que son mantenidas.
El propietario del circo, Augusto Stevanovich, presentó documentos de un zoológico de Brasilia y de la Procuraduría que supuestamente garantizan que los animales reciben buenos tratos y que demuestran que los chimpancés fueron adquiridos ya castrados de un laboratorio holandés.
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