Este artículo se publicó hace 15 años.
Ciro Guerra dice que "Colombia tiene un cine que va a hablarle al mundo"
El director de cine colombiano Ciro Guerra, que presenta en Cannes su último filme, "Los viajes del viento", asegura que "si logramos que nuestro cine comience a contar historias, tenemos un cine que va a hablarle al mundo".
"Existe todo un país que no ha sido contado, un país con miles de historias, con una riqueza, con una diversidad que es fascinante, que ha sido subestimado y que es el que más ha sufrido de la violencia", dijo Guerra en entrevista con Efe.
El joven director, de 28 años, cuya cinta fue ovacionada durante quince minutos durante su presentación el jueves en la sección "Una cierta mirada" del Festival de Cannes, asegura que siente que hay que "rescatar este país para que los mismos colombianos conozcan esa diversidad".
"Siento que esto está en la base de los problemas que tenemos, el desconocimiento de la riqueza y de los orígenes", agregó el autor de "La sombra del caminante", su anterior filme y con el que recibió galardones en los festivales de San Sebastián y Toulouse, entre otros.
Cree que "Colombia es un país que hizo una transición de país rural a país urbano de una manera muy rápida y violenta" y que "en ese tránsito algo se quedó".
"Esto sólo es una pequeña parte de Colombia. Es un país que está por descubrir, que no ha contado nada de su historia. Es una pequeña parte del Caribe colombiano", dijo sobre el paisaje que aparece en "Los viajes del viento".
Protagonizado por Marciano Martínez y Yull Núñez, cuenta la historia de Ignacio Carrillo, acordeonista que viaja al norte de Colombia a devolver a quien se lo dio el instrumento con el que recorrió durante años pueblos y aldeas.
En su camino le acompaña Fermín, que sueña con convertirse en un "juglar" como Ignacio y ambos viajan desde Majagual (Sucre) hasta Taroa, más allá de la Guajira.
Su recorrido permite apreciar la variedad de la cultura y el paisaje colombianos y es, según su director, un viaje por el territorio pero también hacia el interior de los protagonistas.
Cree Guerra que sus dos largometrajes son "películas opuestas en los aspectos superficiales pero que en los aspectos más profundos tienen mucho en común".
"Es una película que siempre había querido hacer pero siempre había visto como algo muy difícil porque es muy grande y difícil para los estándares del cine colombiano", añade sobre el filme, visto por unas 90.0000 personas en Colombia desde su estreno, hace dos semanas.
Habla también sobre la importancia de la música en la película y considera que "el vallenato, que es la forma más popular de música en Colombia, se ha comercializado mucho, se ha vuelto muy comercial y ha cambiado".
"La idea era volver a las raíces de esta música y ha sido un proceso de alejarnos de las grandes estrellas y de lo más conocido. Trabajamos mucho con la vieja escuela de esa música, tratando de rescatar esa vertiente más raizal que es la que a mí más me gusta y que se ha perdido".
En la película "hay muchas canciones antiguas pero otras que se han compuesto para la película en ese estilo antiguo".
Sobre el complejo proceso de selección de los intérpretes, dice que "hubo un 'casting' en el que participaron varios miles de personas y a lo largo de seis meses".
Los personajes fueron surgiendo, pero el de Marciano "era muy complejo porque no pensé que pudiera encontrar a alguien que reuniera ciertas condiciones. Alguien que fuera capaz de tocar el acordeón, de cantar, de improvisar, que fuera capaz de montar en burro, que es difícil...".
Y además "que tuviera un tipo físico y el acento de la región; era casi imposible, eran demasiados requisitos y Marciano apareció y los cumplió todos, fue impresionante".
Comenta sobre el cine en su país que "está viviendo un gran momento porque hace cinco años se aprobó la ley del cine; antes de ella se rodaban dos películas al año y después se están produciendo doce películas y eso está teniendo el respaldo de la gente".
"Es un cine que se encontraba en esa encrucijada falsa: con comedias muy ligeras y televisivas o películas que exploraban la tragedia nacional de la violencia o de la droga".
Ciro siente que "hay más opciones y sobre todo hay una opción que es para mí, que son las historias del país oculto, que están ahí latentes y que siento que tienen mucho que decir".
Aunque sus dos largometrajes se plantan sobre guiones propios, asegura que no tiene prejuicios "en trabajar en películas con material preexistente" y adelanta que lo siguiente que quiere hacer es producir dos óperas primas de dos directores jóvenes colombianos.
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