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Clesa se encuentra ya al borde de la parálisis total

Nueva Rumasa debe más de tres millones a sus empleados

ANA FLORES

La mítica Clesa y sus 600 trabajadores están al borde de la parálisis. En 68 años lo han superado todo, siempre para crecer, pero la falta de materia prima no da para mucho más. No importa que se mantenga la demanda, que haya contratos en vigor. No se puede sacar producto. Ya han parado totalmente las fábricas de Clesa en Madrid y Sevilla, informaron ayer los sindicatos, y está cerca de hacerlo la de Pontevedra.

Antes incluso de que José María Ruiz-Mateos anunciase que diez de sus empresas se acogían al preconcurso de acreedores para ganar tiempo y renegociar su deuda, la fábrica gallega de Clesa, situada en Caldas de Reyes, mandó una carta angustiosa a la de Madrid, comentan fuentes de los trabajadores. No sólo no podría asumir producción de la propia Madrid ni de la planta de Sevilla, como se había previsto, lo que iba a dejarla al margen del ERE que se estaba negociando. La falta de ingredientes y material le obligaría a paralizar toda la producción en cuestión de días. La carta se envió el 17 de febrero. Se empezaban a perder los primeros contratos, añadía la carta, como el de los comercios de Gadisa, que se unían al abandono por falta de suministro de los clientes que tenían contratada la producción para marca blanca (Alcampo, Unide, Alimerka, Condis, Dia o Auchán, entre otros). Se temía ya por la pérdida de hospitales adjudicados por concurso.

Los trabajadores de Clesa no han cobrado la paga de diciembre y sólo recibieron una parte del sueldo de enero. En total, las empresas agroalimentarias bajo el paraguas de la marca Nueva Rumasa adeudan a sus 3.000 trabajadores más de tres millones de euros, según hizo público ayer la Federación Agroalimentaria de UGT.

Entre las compañías que atraviesan una situación más complicada está Royne, a cuya plantilla le deben cerca de 800.000 euros. No han cobrado parte de la nómina de septiembre de 2010, de diciembre ni la práctica totalidad de la de enero. Sus 350 trabajadores saben que en 15 días sus helados habrán quedado fuera de la campaña de verano y probablemente tendrán que cerrar.

Desde UGT, que prepara movilizaciones para el 12 de marzo junto a CCOO, pidieron ayer que la familia Ruiz-Mateos deje en manos de otros la gestión de la compañía. Según el diario Expansión, el soplo de aire podría llegar por la entrada en el capital de fondos de capital riesgo como Oaktree. Fuentes de Nueva Rumasa confirmaron a Público que negocian con cinco fondos de inversión.

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