Este artículo se publicó hace 15 años.
El clima en la Croisette no mejora
Ni Jane Campion ni Park Chan Wook han levantado el entusiasmo en Cannes. Una por convencional; otro, por desmadrado y fallido
La mañana empezó pasada por agua: baños inundados en el Palais des Festivals, taxistas franceses ejerciendo su mal humor, gotas como cencerros. Y el oscuro deseo de que el aguacero sirviera para despejar una selección oficial que no acaba de cuajar. Habrá que ver si hoy, cuando Ang Lee traiga su visión de Woodstock y el francés Jacques Audiard su relato sobre el ascenso social de un hombre en prisión, el cielo se despeja, porque ni Jane Campion ni Park Chan Wook han levantado el entusiasmo en la competición oficial. Una por convencional, el otro por desmadrado y fallido.
La neozelandesa Jane Campion llegó a la Croisette con Bright Star, un filme de época, tal vez intentando repetir la hazaña que alcanzó hace 16 años con El piano, que ganó la Palma de Oro. Pero al filme le falta el desgarro y la fuerza dramática de la anterior, y a sus protagonistas, los jóvenes Abbie Cornish y Ben Whishaw,el carisma y la química de HollyHunter y Harvey Keitel. Y no suena Michael Nyman.
Heroína feminista domésticaCampion dibuja al poeta romántico inglés John Keats a través de los ojos de su amante, Fanny Brawnie, a la que convierte en una suerte de heroína feminista doméstica, porque como reconoció en la conferencia de prensa, "no creo que haya una mujer que pueda no ser feminista".
Campion no ha querido hacer un relato histórico, tampoco un retrato preciso de Keats, quien queda un tanto desdibujado, ni un biopic, un género que, reconoció, detesta. "Quise hacer un retrato íntimo de una historia de amor". Y le salió un filme perfecto para ver con mamá un domingo lluvioso.
Pulso barroco y sentido del humorEn el lado contrario estuvo Park Chan Wook, el director que ganó con Old Boy el Gran Premio del Jurado en 2005. Con Thirst, el coreano no ha perdido el pulso barroco ni el sentido del humor, pero sí intención y contención. Alguien decía que se trata de una película de buenos momentos y cuartos de hora muy malos. Para ser exactos: la historia de un cura que se transforma en vampiro después de contraer una extraña enfermedad en África foco predilecto de todo mal podría haberse quedado en una hora y no en las dos y cuarto.
Hasta ahora, si tuviéramos que repescar algo de las primeras dos jornadas sería aparte de Up Fish Tank, que gana en mirada, belleza y honestidad, a medida que sus contrincantes no dan la talla. Para mañana se prevén cielos despejados.
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