Este artículo se publicó hace 12 años.
Clinton pide a China ejemplos "concretos" de sus intenciones en el mundo
La secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, pidió hoy que China demuestre con ejemplos "concretos" que se colocará en un "derrotero constructivo" en asuntos como la crisis en Siria, tomando en cuenta su creciente influencia geopolítica.
"El mundo busca que China juegue un papel consecuente con su nueva posición, y eso significa que no puede ser selectivo" en los retos que afronta el mundo, dijo Clinton durante un discurso en el Instituto de Paz de EE.UU..
Al señalar que a través de la Historia los poderes emergentes han supuesto un reto a la seguridad y estabilidad, éstos "tienen una obligación especial de demostrar en formas concretas que van a perseguir un derrotero constructivo" para el bien de las naciones, agregó.
Clinton aplaudió el liderazgo de China en asuntos como el combate a la piratería y la recuperación económica mundial, pero consideró que debe aún "abrazar plenamente" su nuevo papel para demostrar al mundo que "jugará un papel positivo que realzará la seguridad, estabilidad y prosperidad".
De esta forma, Clinton pidió que el Gobierno de Pekín, por ejemplo, ejerza más presión frente a la crisis en Siria, y haga cumplir las normas del comercio mundial.
"¿Usará su poder para ayudar a poner fin a la brutal violencia contra civiles en lugares como Siria? ¿Explicará su creciente acumulación militar y las metas finales de sus estrategias, políticas y programas militares para... ayudar a mantener la seguridad regional?", preguntó Clinton.
En Washington sentó mal que Pekín inicialmente vetó junto a Rusia una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU para forzar la dimisión del presidente sirio Bashar al-Assad. Posteriormente, Pekín promovió un plan en Damasco para poner fin a la violencia pero que permitiría que al-Assad permanezca en el poder.
Clinton renovó su llamamiento de que China de respuesta a las preocupaciones de EE.UU. sobre la manipulación de su divisa que, según Washington, perjudica a sus exportaciones.
El aspirante presidencial republicano Mitt Romney ha acusado a China de manipular el yuan y perjudicar a la economía estadounidense y ha prometido poner freno a eso si gana en noviembre próximo
Clinton renovó su llamamiento para que China respete los derechos humanos, a raíz de la represión de la disidencia en ese país.
Por otra parte, Clinton intentó aplacar el recelo en algunos sectores de China de que EE.UU., en aras de promover sus propios intereses en el mundo, "está decidido a contener su ascenso".
"Para quienes preguntan si EE.UU. intenta contener a China, nuestra respuesta claramente es no", remachó Clinton, al insistir en que a EEUU le conviene la prosperidad de China "y viceversa".
Clinton hizo esas declaraciones durante un evento para conmemorar el 40 aniversario de la histórica gira de una semana que el entonces presidente Richard Nixon realizó en China en 1972.
Fue un viaje, en plena Guerra Fría, que suscitó el inicio de una fructífera relación bilateral y que, según recordó Clinton, inspiró toda una plétora de debates, análisis, películas, obras de teatro y hasta canciones.
"La semana que cambió el mundo", como la denominó Nixon, es una descripción que en realidad se queda corta, según Clinton, al resumir el antes y después de la transformación de China, ahora la segunda economía más grande del mundo.
Al repasar la evolución de la relación bilateral desde 1972, pasando por la normalización de las relaciones durante la presidencia de Jimmy Carter, Clinton citó ejemplos de la sinergia entre ambos países.
Si en 1972 Estados Unidos y China estaban vinculados únicamente por un estrecho canal oficial, ahora su red de conexiones "es vasta y compleja, y abarca casi todos los aspectos de nuestras sociedades", observó la jefa de la diplomacia estadounidense.
Los une, continuó Clinton, la cooperación en asuntos como la economía, la seguridad y la necesidad de hacer frente unido ante retos como la proliferación nuclear, la piratería, y el cambio climático.
"Juntos estamos construyendo un modelo en el que buscamos un equilibro, estable y mutuamente aceptable, entre la cooperación y la competencia. Es un camino inexplorado y debemos hacerlo bien, porque hay mucho que depende de ello", enfatizó Clinton.
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