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Un colombiano es el hombre más pequeño del mundo, según el Récords Guinness

EFE

Conocer al ex presidente Álvaro Uribe, actuar con Jackie Chan, viajar a Hollywood y ser portero de fútbol son algunos de los sueños del colombiano Édward Niño Hernández, cuyos 70 centímetros de altura le han valido para ser reconocido como el hombre más pequeño del mundo según el libro Récords Guiness.

"Soy Édward, y soy así de pequeño", afirmó con decisión Hernández al presentarse, durante una entrevista hoy con Efe en el salón de su casa, en el humilde barrio de Bosa, al sur de Bogotá.

El fallecimiento en marzo del chino He Pingping, que ostentaba el título del hombre más pequeño del mundo, le permitió a este colombiano de 24 años lograr dicho reconocimiento mundial.

Mientras come en una pequeña mesa ante el televisor de su casa, Édward explica que sueña con conocer a los actores Jackie Chan y a Silvester Stallone, viajar a Hollywood, Nueva York, India y China, y "poder actuar en todas partes" del mundo.

Precisamente, la noticia de su nombramiento le llegó mientras debutaba como actor en la película "El cartel de los sapos", en la que representa a un sicario que es enviado a casa de un narcotraficante, envuelto en una caja de regalo, y al intentar disparar al mafioso, los escoltas de éste acababan asesinándolo.

Y es que no solo ha iniciado ya su carrera como actor, sino que durante los fines de semana es bailarín de reguetón en varios locales, lo que le sirve para apoyar económicamente a su familia.

Un chico que no pierde la sonrisa en todo momento, al explicar sus anécdotas, pero cuya vida no ha sido precisamente fácil.

"El director del colegio no quiso que siguiera porque tenía muchos problemas. Me pegaban balonazos en la cara, y una vez me llevaron al hospital porque me dejaron inconsciente", recordó Édward. Su madre, Noemí, tampoco olvida los problemas que tuvieron para que lo aceptaran en una escuela, debido a su estatura.

"Nos tocó que lo trataran psicólogos. Queríamos que fuera una persona que se desarrollara en el medio, que fuera útil, que sintiera que sí puede frente a la sociedad, pero hay muchos obstáculos", admitió Noemí.

Ella aún recuerda cómo Édward tuvo que ser metido en una incubadora al nacer, pues apenas medía 38 centímetros, o la angustia al ver que no crecía, sin que los médicos le dieran una explicación.

"Te dicen que no te hagas esperanzas, que estemos a la deriva de cualquier noticia que se reciba, cualquier reacción. No nos daban esperanza de vida prácticamente. Fue todo un momento de angustia para nosotros, de desespero", confesó.

Édward es consciente de sus dificultades físicas, como no poder salir solo a la calle, acceder al bus o encontrar ropa, pues usa zapatos de talla 20 y ropa interior de bebé.

Aún así sueña con ser portero de fútbol de su Atlético Nacional de Medellín, del que es hincha. "Y del Real Madrid", añadió.

Al recordarle que España ganó el Mundial de fútbol con los jugadores llamados "bajitos", él corrige al instante: "Sí, ellos son bajitos, pero son altos. Yo soy más pequeño", dijo orgulloso.

Gracias a este reconocimiento, Édward espera poder conocer al presidente Juan Manuel Santos y al ex presidente Uribe ("pero primero a Uribe", especifica), a los que "pediría muchas cosas, como que me ayude, que me apoye", tanto a él como a su familia, ya que sufre de cataratas, y el menor de sus cuatro hermanos, Miguel Ángel, de 11 años, tiene su mismo problema y solo mide 93 centímetros.

Mientras escucha música en su cuarto, con una cama y un baño adaptados, añade que le gustaría conducir un 4x4, "un Toyota o un Mercedes", y que pese a tener novia desde hace poco, Fanny, de 1,60 centímetros de altura, "es solo de momento, voy a conseguirme otra".

La fama no le durará eternamente, pues cuando el nepalí Khagendra Thapa Magar, de 17 años y 56 centímetros, cumpla la mayoría de edad en octubre, le arrebatará el título que mientras tanto él disfruta.

"Yo no creo que cambie", opinó su madre. "Es una persona de humilde corazón, muy inocente como para que se le suba la fama a la cabeza. Es un hombre en un cuerpo pequeño, pero con un corazón de niño, y ojalá todo el mundo pensara o sintiera como él, con esa paz y tranquilidad que transmite, sin afanes o angustias".

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