Este artículo se publicó hace 16 años.
El colombiano Soler abandona el Tour ante los problemas en sus muñecas
El colombiano Mauricio Soler, rey de la montaña del pasado Tour de Francia, abandonó hoy la ronda gala en el kilómetro quince de la quinta etapa ante los problemas que sufre en ambas muñecas tras la caída que sufrió en la primera etapa el pasado sábado.
Soler sufre una fractura del piramidal de la muñeca derecha y una posible fractura del escafoides de la izquierda, según revelaron las radiografías a las que se sometió en los últimos días tras la caída que sufrió a menos de diez kilómetros del final de la primera parcial.
El colombiano aguantó estoicamente las cuatro primeras etapas, pese a los fuertes dolores que le llevaron a perder mucho tiempo en la general.
Sin embargo, el ciclista tiene dificultades para frenar, lo que supone un problema de seguridad añadido, por lo que ha decidido parar. Una caída y una lesión en la muñeca ya le obligaron a retirarse del pasado Giro de Italia.
De hecho, la lesión que sufre en la muñeca izquierda, la posible fractura de escafoides que la radiografía no deja clara, es una consecuencia de la caída en las carreteras italianas de la que se resintió tras irse al suelo en Francia.
Soler, de 25 años, viajará ahora a Italia donde será examinado por médicos del equipo Barloworld para decidir cuales son las mejores opciones de cara a su recuperación.
El ciclista colombiano disputaba su segundo Tour de Francia, tras haber ganado en el primero el maillot de mejor escalador y haberse impuesto en la etapa reina, incluido el ascenso al Galibier.
Ilusionado, Soler se había marcado como objetivo repetir el gran Tour de la pasada edición, aunque sabía de lo complicado que era.
Soler era la máxima esperanza del ciclismo colombiano en este Tour de Francia y con su retirada deja toda la responsabilidad en los hombros de sus compatriotas Félix Cárdenas, también del Barloworld, y Leonardo Duque, del Cofidis, especialista en los sprint.
Su buen rendimiento en el pasado Tour hacían concebir esperanzas al ciclismo colombiano de reverdecer los laureles de los grandes de ese país.
El ciclista colombiano, originario de una familia humilde de Ramiriqui, comenzó a los 16 años a montar en bicicleta, medio de transporte que utilizaba para hacer reparto por la ciudad.
Era su hermano mayor quien parecía destinado a la competición, pero Mauricio tuvo la suerte de participar en una carrera en sustitución del mayor y fue allí donde comenzó a destacar.
A partir de ese momento, el ciclista ganó etapas de la región y fichó por el equipo Orbitel, hasta que pasó al Aqua y Sapone del director italiano Claudio Corti, a cuya sombra ha desarrollado toda su carrera.
El técnico transalpino le llevó al Barloworld, donde cumple su segunda temporada y donde este año era el jefe de filas.
Espigado de talla, poco común en los escaladores, Soler demostró el año pasado gran capacidad de sacrificio, su principal arma.
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