Este artículo se publicó hace 15 años.
Un comandante causa una matanza en una base militar de EE.UU., con doce muertos
Washington, 6 nov (EFE)- Un psiquiatra y comandante del Ejército de Estados Unidos protagonizó este jueves una matanza en la base militar de Fort Hood, en Texas, en la que perdieron la vida 12 personas y 31 resultaron heridas.
Las autoridades identificaron al atacante como el comandante Nidal Malik Hasan, de 39 años, quien sobrevivió al tiroteo que desató su ataque y fue hospitalizado en condición estable, señaló el general Bob Cone, comandante de la unidad militar, en una conferencia de prensa.
"Los informes preliminares indican que hubo un solo atacante", dijo Cone, quien confirmó la muerte de diez militares y dos civiles, así como 31 personas heridas.
Al referirse a Malik Hasan, Cone señaló que "su muerte no es inminente".
Inicialmente se dijo que Malik Hasan, un médico psiquiatra que se preparaba para cumplir una misión en Irak o Afganistán, había muerto y que otros dos soldados fueron detenidos como sospechosos.
El militar no explicó por qué se había dado a conocer su muerte, pero indicó que probablemente se debió a la confusión que reinaba en el hospital donde eran atendidos los heridos en el incidente.
Medios locales que citaron fuentes militares también dijeron que los dos soldados fueron puestos en libertad tras confirmarse que no habían tenido participación en el incidente, considerado el más grave ocurrido en una base militar en EE.UU.
El ataque se produjo a las 13.30 hora local (19.30 GMT) en el centro de preparación de esta base militar, que acoge a unos 42.000 soldados y es la más grande de EE.UU. en todo el mundo.
Cone añadió que se investigan los motivos, pero la senadora Kay Bailey Hutchinson manifestó que el Ejército le había informado al médico psiquiatra de su despliegue al exterior y que aparentemente estaba "muy disgustado" por ello.
Fuentes militares también indicaron que se investiga el hecho de que el psiquiatra, nacido en EE.UU. pero de origen jordano, estuviera en posesión de armas de fuego cuando no las necesitaba para sus actividades profesionales.
Malik Hasan, quien portaba un arma corta semi-automática, abrió fuego en las instalaciones de este centro, que acoge a los soldados que están a punto de ser enviados al frente, y que estaban recibiendo una última revisión médica.
El médico militar había trabajado en el Centro Médico Walter Reed del Ejército en Washington durante seis años antes de ser trasladado a Fort Hood.
Por otra parte, fuentes militares que pidieron que no se les identificara indicaron que Malik Hasan, licenciado de la Universidad Tecnológica de Virginia, recientemente había recibido una baja evaluación por su trabajo.
Los responsables de Fort Hood clausuraron durante más de seis horas los puntos de entrada y salida de la base, adonde se desplazaron unidades de emergencia médica y equipos de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI, por su sigla en inglés) para investigar el incidente.
En un principio, esta agencia federal descartó que se tratara de un atentado terrorista, si bien se ha decidido incrementar el nivel de seguridad en todas las bases del país.
El presidente de EE.UU., Barack Obama, fue inmediatamente informado del suceso, que calificó como un "horrible incidente de violencia".
"Ya es duro cuando nuestros soldados pierden la vida en misiones en el exterior. Es horripilante cuando mueren en incidentes como este, en sus propias bases en suelo estadounidense", afirmó el mandatario en un acto en el Departamento del Interior.
"Son hombres y mujeres que han tomado la decisión valiente y altruista de arriesgar, y en ocasiones dar, la vida por nosotros cada día", afirmó Obama.
Altos funcionarios de la Casa Blanca se reunieron tras el incidente en la Sala de Crisis para tratar de recabar información sobre el mismo.
Por su parte, el secretario de Defensa, Robert Gates, dijo: "Mis primeros pensamientos y oraciones están con los heridos y con las familias de las víctimas, así como con aquellos que viven y trabajan en Fort Hood".
El Gobernador de Texas, Rick Perry, ordenó tras el incidente que las banderas del estado ondeen a media asta, y expresó que por el momento se trabaja en la identificación de las víctimas y en localizar a sus familias.
Este hecho viene a sumarse a un año de especial tensión en el Ejército de EE.UU. que, con dos guerras en marcha, ha registrado un aumento en los casos de desórdenes mentales y de suicidios.
La propia base de Fort Hood ha sido escenario en los últimos dos años de varios incidentes violentos, el último de ellos hace tres meses, cuando un soldado mató a otro en una pelea entre militares en casa de uno de ellos.
A mediados del año pasado un soldado asesinó a balazos a su teniente y luego se suicidó, y en julio pasado un soldado fue acusado de matar a otro compañero de su división, tras regresar de Irak.
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