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El comercio justo avanza lento en España

En 2008, las ventas fueron de 16,7 millones de euros

ANA REQUENA

Sin prisa pero sin pausa, es el ritmo al que avanza el comercio justo en España. Lejos aún de las cifras alcanzadas en los países centroeuropeos, las ventas totales de comercio justo efectuadas por las organizaciones españolas ascendieron en 2008 a 16.753.099 millones de euros. A pesar de que supone un 2,9% menos respecto al año anterior, cuando las ventas fueron de 17.245.873 millones, es el segundo mejor dato de la última década, sólo superado precisamente por el de 2007.

Desde 2000, la evolución de las ventas del comercio alternativo, cuyo objetivo es un intercambio comercial justo entre los trabajadores del sur y los consumidores, han registrado una evolución al alza ininterrumpida. En diez años, el volumen facturado se ha multiplicado por 2,4, con un crecimiento interanual medio del 12,1%. A pesar de esta progresión, España sigue lejos de Europa. El gasto medio anual por cada mil habitantes es de 350,6 euros (0,35 céntimos por persona), mientras que Holanda o Alemania multiplican por diez esa cifra (3,5 euros por persona).

El retraso se debe a una razón histórica, como explica el presidente de la Coordinadora Estatal de Comercio Justo, Antonio Baile: 'Aquí empezamos más tarde, a finales de los ochenta, mientras que en buena parte de Europa empezaron a comienzos de los setenta'. El director de la ONG Setem en Catalunya, Eduard Cantos, señala que los crecimientos que registra ahora el comercio justo en España 'se corresponden a los que tuvieron los países pioneros en los inicios'. Hay, por tanto, razones para el optimismo. 'Esperamos que con los primeros síntomas de recuperación se vuelvan a activar las ventas', asegura Baile.

Si hace unos años, la artesanía era el producto más vendido, la alimentación es ahora el motor del comercio justo, especialmente productos como el café y el cacao. 'Vamos superando la idea de que los productos de comercio justo tienen menos calidad o que se compra sólo para dar una ayuda. Ahora la gente que compra sabe que su calidad es igual o mayor en algunos casos', explica el responsable de Setem.

El trabajo de las ONG ha sido clave en la difusión de esta forma de consumo responsable. El presidente de la coordinadora destaca la labor hecha: 'Hemos probado que es una forma de comercio que ayuda realmente a la cooperación y al desarrollo y que es más eficiente que la ayuda clásica'. 'Que crezca es cuestión de concienciación', dice Cantos, 'de que la gente quiera buscar los productos más allá de su precio'.

Las administraciones públicas también han tomado cartas en el asunto con líneas de financiación y subvenciones para fomentar el comercio justo. 'Hay que potenciar la compra pública responsable, que las administraciones incluyan en sus contratos productos de comercio justo', apuntan desde Setem.

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