Este artículo se publicó hace 14 años.
La Comisión Europea propone la creación de un mecanismo europeo para ayudar a Grecia
El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, ha propuesto hoy la creación de un nuevo mecanismo de la Eurozona basado en préstamos bilaterales coordinados, para hacer frente a la crisis presupuestaria en Grecia, y ha urgido a los dieciséis gobiernos del euro a tomar una decisión cuanto antes.
"La Comisión está lista para proponer un instrumento para la asistencia coordinada a Grecia", indicó Barroso en una declaración que leyó ante los periodistas.
Según explicó, dicho instrumento estaría constituido por un "sistema de préstamos bilaterales", de estado a estado, coordinados por la Comisión Europea.
Su creación, para la que se requiere una decisión política de los miembros de la Eurozona al más alto nivel, "no implicaría su activación inmediata".
La iniciativa del presidente de la CE se produce al día siguiente de la visita a Bruselas del primer ministro griego, Yorgos Papandréu, quien instó a sus socios europeos a ponerse de acuerdo como muy tarde el jueves próximo sobre un mecanismo de ayuda financiera.
El objetivo de Atenas no es, de momento, obtener dinero fresco de sus socios, sino aliviar la presión que los mercados siguen ejerciendo sobre sus emisiones de deuda, que pueden volver inútil su drástico plan de ajuste.
Según fuentes comunitarias, un mecanismo europeo basado en préstamos bilaterales podría cubrir las necesidades inmediatas de refinanciación de Grecia, que se evalúan en unos 22.000 millones de euros, sin necesidad de recurrir al Fondo Monetario Internacional (FMI).
Aunque no ha trascendido ningún detalle, el tipo de interés al que los gobiernos europeos podrían prestar el dinero a Grecia estaría en cualquier caso por debajo del prohibitivo 6% que le está imponiendo últimamente el mercado.
La declaración deja claro que el instrumento en el que trabaja Bruselas "sería compatible" con la cláusula del Tratado que prohíbe el rescate puro y simple de un estado de la Eurozona por parte de los demás, mediante la asunción de una parte de su deuda.
Además, incluiría, según Barroso, una "estricta condicionalidad".
Las instituciones europeas, en particular la Comisión, se encargarían de vigilar que el estado beneficiario cumpliera las condiciones ligadas al préstamo.
Barroso no quiso precisar qué estados aportarían capital ni cuál sería la clave de reparto para los contribuyentes.
No descartó, sin embargo, que el FMI pudiera contribuir.
"Nuestro objetivo es (crear) un instrumento diseñado dentro de la zona euro, con condiciones y gestión establecidas por la zona euro y sus instituciones", dejó claro el presidente del Ejecutivo comunitario.
Y añadió: "No quiero especular si habría una contribución financiera del FMI".
En cualquier caso, advirtió igualmente Barroso, "no podemos seguir prolongando la situación actual".
"Urjo a los líderes de la Unión Europea a ponerse de acuerdo sobre este instrumento cuanto antes", concluyó.
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