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Las conclusiones sobre el "no" irlandés, pendientes de la República Checa

EFE

Los líderes de la Unión Europea tratan hoy de convencer al primer ministro checo, Mirek Topolánek, de que levante sus reservas a un texto de conclusiones en el que se recomienda que continúen las ratificaciones del Tratado de Lisboa pese al resultado negativo del referéndum celebrado en Irlanda.

La República Checa se ha opuesto a que el Consejo Europeo presione a los estados que aún no han ratificado el nuevo tratado -siete de veintisiete- para que concluyan sus procedimientos parlamentarios.

La ratificación en el país centroeuropeo tiene que superar todavía el escrutinio del Tribunal Constitucional, el voto en el Senado y la firma del presidente, Vaclav Klaus, que no ha dudado en declarar ya "muerto" el tratado.

En el proyecto de conclusiones de la cumbre, los líderes de la UE afirman haber "tomado nota del resultado del referéndum" y haber convenido en que "hace falta más tiempo para analizar la situación".

Los líderes se limitarán también a tomar nota "de que el Gobierno irlandés realizará diligentes consultas, tanto internas como con los demás Estados miembros, para proponer una forma común de seguir adelante".

Los Veintisiete recordarán que "el propósito del Tratado de Lisboa es ayudar a la Unión ampliada a actuar con mayor eficacia y de manera más democrática".

En su redacción actual, las conclusiones del Consejo Europeo constatan que "diecinueve Estados miembros han ratificado el Tratado" y que "el proceso de ratificación continúa en los demás países".

Los dirigentes europeos acordarán, como sugiere Irlanda, "volver a tratar este asunto en su reunión del 15 de octubre de 2008 con objeto de estudiar la forma de seguir adelante".

"Entretanto", añade el proyecto, los líderes subrayan "la importancia de seguir obteniendo resultados concretos en los diversos ámbitos de actuación política que interesan a los ciudadanos".

A su llegada a la sede del Consejo Europeo, el primer ministro de Bélgica, Yves Leterme, ha expresado su deseo de que la delegación checa se sume a este compromiso.

Por su parte, la presidenta finlandesa, Tarja Halonen, ha negado que la Unión atraviese una crisis. "No estamos tan lejos", ha dicho, y ha asegurado que "la ampliación (a los Balcanes) seguirá abierta".

El primer ministro lituano, Valdas Adamkus, ha manifestado que los irlandeses "tienen derecho a cuestionar y a expresar su opinión y la UE tiene que escucharles".

Sobre si se va a aplicar a Irlanda un rasero diferente al utilizado cuando franceses y holandeses rechazaron la Constitución europea, Adamkus ha asegurado, "como representante de un país pequeño", que no dará a la UE "la oportunidad de dejarnos de lado".

Por su parte, el primer ministro holandés, Jan Peter Balkenende, ha insistido en que "hay que sacar conclusiones sobre las razones que están detrás del 'no', exactamente lo mismo que nosotros hicimos en Holanda".

"Y por supuesto", ha añadido, "tenemos que escuchar a los ciudadanos y los argumentos detrás del 'no' y después encontrar soluciones".

"En los últimos cuatro años hemos estado funcionando sin nuevas normas en la UE; es necesario el Tratado de Lisboa porque contiene importantes mejoras", según Balkenende.

El Alto representante, Javier Solana, también ha afirmado que el nuevo tratado "es necesario para continuar con más de veintisiete" estados miembros, y se ha mostrado confiado en que se podrá encontrar una solución.

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