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Condenado a 26 años de cárcel el asesino ideológico de Palomino

El fallo considera probado que el neonazi apuñaló al menor por 'discrepancias de pensamiento'

Ó. LÓPEZ-FONSECA

'Las extremas discrepancias de pensamiento constituyeron el móvil que guió la agresión de Josué contra Carlos Javier'. La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Madrid condenó ayer al militar neonazi Josué Estébanez de la Hija a 26 años de cárcel por la muerte en noviembre de 2007 del menor antifascista Carlos Javier Palomino en una estación del metro de Madrid.

El tribunal considera al soldado autor de un asesinato con el agravante de 'discriminación ideológica', una figura que aplica la Justicia española por segunda vez en sólo dos meses, tras la sentencia del pasado 2 de septiembre de la Audiencia Provincial de Barcelona, que condenó a otro ultra a 11 años de cárcel por participar en el apuñalamiento a un antifascista en el Metro de esta ciudad.

La sentencia de ayer impone a Estébanez 19 años de prisión por el asesinato del menor, y otros siete años por un delito de homicidio en grado de tentativa por las heridas causadas a otro joven que intentó arrebatarle la navaja. El tribunal también condena al neonazi a pagar cerca de 160.000 euros a los padres de la víctima, aunque reconoce la 'insolvencia del acusado'

El fallo considera probado que el 11 de noviembre de 2007, el militar neonazi se dirigía a una manifestación racista del grupo ultra Democracia Nacional con una navaja y un puño americano en sus bolsillos. 'Al llegar a la estación de Legazpi (...), al observar que en el andén se encontraba un grupo superior a 100 jóvenes, que por su apariencia externa identificó como de ideología antifascista (...), sacó su navaja al tiempo que bostezaba, yendo tranquilamente a situarse junto a una de las puertas del vagón (...) esperando a que entrasen algunos de los citados jóvenes para agredir a cualquiera de ellos con el menor pretexto por su enfrentada divergencia de pensamiento', se recoge textualmente en el fallo.

Entre aquellos jóvenes se encontraba Carlos Javier Palomino, 'quien al acceder al vagón y percatarse de que la estética de Josué se correspondía con la de un skin neonazi, le preguntó sobre su sudadera'. Según el relato de hechos probados de la sentencia, en ese momento, el acusado 'le asestó una fuerte puñalada en el tórax (...) que le causó la muerte poco después'.

El tribunal considera plenamente acreditada la ideología neonazi del condenado, a pesar de los reiterados intentos de Josué Estébanez durante la vista por presentarse como un joven apolítico al que simplemente 'le gusta que gane la selección' de fútbol. En este sentido, el fallo destaca que el militar lucía aquel día una evidente estética 'skin neonazi' que incluía la sudadera de una marca usada únicamente por estos grupos. A ello, suma el saludo sieg heil que lanzó tras apuñalar a la víctima y que acompañó con el brazo levantado al estilo de las SS. Incluso lo refuerza con el reiterado uso que hizo durante los hechos de la palabra 'guarros' para referirse a los antifascista. Todo un cúmulo de indicios que los magistrados completan con los numerosos comentarios de apoyo al joven que subieron a Internet grupos neofascistas.

De hecho, los magistrados insisten en que Josué, pese a sus declaraciones durante la vista, sí acudía aquella mañana a la manifestación racista convocada por Democracia Nacional y que, por ello, iba vestido y armado para la ocasión 'en previsión de posibles enfrentamientos con los componentes de grupos antifascistas'

Los magistrados también dedican varios párrafos a destacar la 'serenidad' con la que el ahora condenado esperó a su víctima y que, incluso, le llevó a bostezar cuando estaba preparando la navaja. Por ello, rechazan la pretensión de la defensa, que pretendía la absolución del militar alegando, entre otras eximentes, un supuesto miedo insuperable.

Una frialdad que los jueces también percibieron durante el juicio y que les lleva a reflejar en el fallo 'la ausencia de signos de arrepentimiento' sólo pidió perdón cuando hizo uso de la última palabra y 'su actitud impasible durante todas las sesiones del juicio'. Como en su día destacó Público, Josué estuvo a punto de dormirse cuando proyectaban el vídeo de su crimen.

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