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Condenado a diecinueve años por el asesinato y descuartizamiento de una mujer en Sevilla

EFE

La Audiencia Provincial de Sevilla ha condenado a 19 años de cárcel a Antonio G.S, de 31 años, por el asesinato en agosto de 2010 de la norteamericana Laura Cerna, una profesora de inglés cuyo cuerpo fue posteriormente descuartizado y arrojado al Guadalquivir, informaron hoy a Efe fuentes del caso.

En la sentencia, de 41 páginas, el tribunal considera que el condenado actuó con alevosía, aunque no con ensañamiento, y rebaja la pena un año respecto a lo solicitado por el fiscal y las acusaciones particulares, según las fuentes.

La rebaja de un año se debe a que el tribunal considera que Antonio G.S. colaboró con la Policía para la identificación y localización del cuerpo de Laura Cerna.

De la misma forma se le condena a indemnizar con 13.282 euros cada uno al padre, la madre y el hijo de Laura Cerna, mientras que al marido de la víctima -que ejercía la acusación particular- deberá pagar 159.386 euros, según las fuentes.

El condenado deberá también pagar las costas del proceso y las de la acusación particular que ejercen los padres de la víctima, aunque no así las devengadas por la acusación ejercida por el marido.

El abogado de los padres de Laura Cerna, José Estanislao López, ha anunciado hoy a Efe que va a recurrir la sentencia ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, ya que considera que, al contrario de lo que dice el tribunal, sí hubo ensañamiento, aunque no va a apelar la absolución de Antonio G.S, por un delito de profanación de cadáveres.

El pasado 19 de abril el fiscal y las acusaciones particulares pidieron 20 años de cárcel para Antonio G.S. tras ser declarado culpable de asesinato por un jurado popular, que sin embargo lo absolvió de otro delito de profanación de cadáveres pues al desmembrar el cuerpo solo pretendía ocultar su crimen y no "faltar al respeto debido a los muertos".

El pasado 16 de abril, los forenses que examinaron el cadáver de Laura Cerna descartaron como "prácticamente imposible" la versión del acusado de que la víctima se apuñaló a sí misma.

Explicaron que el suicidio con arma blanca, muy infrecuente, suele ir precedido de "lesiones de tanteo", que en este caso no existieron, consistentes en una serie de incisiones superficiales en las que el autor va buscando un punto con menor resistencia.

En este caso, recibió varias puñaladas de entre dos y cuatro centímetros de profundidad que atravesaron las costillas y además previamente había recibido numerosos golpes en el ojo, la cabeza, los brazos y la espalda que posiblemente la dejaron aturdida.

A su juicio, "un suicidio de esa forma es prácticamente imposible", con lo que rebatieron la versión de Antonio G.S. de que Laura, tras ver rechazada su propuesta de mantener relaciones sexuales, "se puso fatal", comenzó a golpearse contra las paredes, cogió un cuchillo de la cocina y se apuñaló hasta morir.

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