Este artículo se publicó hace 13 años.
Conductores que consumen metadona son dos veces más propensos a chocar
Por Kerry Grens
En un estudio realizadoen Noruega, un grupo de hombres tratados con metadona paraabandonar la adicción a las drogas fueron dos veces máspropensos a participar de un siniestro vial que la poblacióngeneral.
Tras revisar dos años y medio de información sobre recetasde fármacos y choques de automóviles, los autores hallaron 26siniestros viales entre 2.500 personas tratadas con metadona poradicciones. Esta cifra es por lo menos el doble que loregistrado en el resto de la población.
La metadona altera el funcionamiento normal, en especial alinicio del tratamiento o si se eleva la dosis, según indicóMiriam Mintzer, profesora asociada de la Facultad de Medicina dela Johns Hopkins University, quien no participó del estudio.
Pero aclaró: "No sacaría conclusiones sólidas del estudioporque no incluye demasiada información sobre los choques". Lainvestigación no determinó, por ejemplo, si los participantes delos siniestros también habían consumido alcohol y otras drogas.
Los autores tampoco pudieron determinar si los pacientesrecién habían comenzado el tratamiento con metadona o ya hacíatiempo que la utilizaban.
El autor principal, doctor Jørgen G. Bramness, del CentroNoruego para la Investigación de las Adicciones, de laUniversidad de Oslo, coincidió en que cualquier explicación delaumento de la cantidad de siniestros viales sería puraespeculación.
"Hay muchos factores que intervienen en un choque, como lareducción de la atención y el tiempo de reacción, unadisminución del rendimiento o la agudeza psicomotrices, entreotros", indicó a Reuters Health.
Bramness dijo que existen normas que determinan cuándo unapersona está apta para conducir un vehículo después de haberestado bajo tratamiento con metadona. "Esto surge de lainformación disponible sobre la tolerancia que se desarrolla alconsumo crónico de un opioide", explicitó.
En la revista Addiction, los autores escriben que seconsidera baja la cantidad de siniestros viales entre lospacientes tratados con metadona.
El número de mujeres tratadas con metadona en el estudio fuebaja. A diferencia de los hombres, no tuvieron un aumento delriesgo de chocar al conducir.
Bramness opinó que se necesitan más estudios sobre losriesgos potenciales del tratamiento con metadona en la habilidadde manejo de los pacientes antes de revisar las normas viales.
"Un primer paso sería implementar las normas de manera másestricta. Si una persona consume otras drogas cuando estátomando metadona, no debería conducir", señaló Bramness.
Mintzer dijo que el interés en la investigación de losefectos de la metadona en el rendimiento de los pacientes volvióa surgir, en especial por la tendencia reciente de recetar dosismás altas.
FUENTE: Addiction, online 7 de diciembre del 2011
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