Este artículo se publicó hace 16 años.
El Congreso rechaza homenajear a Santa Maravillas
El Congreso de los Diputados no rendirá homenaje a Santa María Maravillas, religiosa canonizada por Juan Pablo II, con la colocación de una placa en su honor en las instalaciones de la Cámara Baja, tras la polémica levantada por esta propuesta.
Tras la sesión de control del miércoles, el presidente del Congreso, José Bono, hizo público un comunicado en el que convocaba con urgencia a la Mesa de la Cámara para zanjar el "enfrentamiento" o "malestar entre los parlamentarios" sobre esta cuestión, aprobada el 4 de noviembre pasado.
En el texto, Bono quiso recordar que la propia Mesa había aprobado previamente, por unanimidad, la presencia de este homenaje "alejado de cualquier elemento confesional" a la que fuera hija de un presidente del Senado.
Sin embargo, reconoció Bono en su nota, "el acuerdo no fue recibido por el conjunto de los diputados con la misma unanimidad".
Tras el encuentro extraordinario de la Mesa, que examinó la situación, el presidente comunicó la revocación del acuerdo.
Bono recordó que el 4 de noviembre todos los miembros de la Mesa presentes dieron su visto bueno a este homenaje, aunque también se acordó como condición necesaria el consenso parlamentario.
"Es evidente que ese consenso no se produce, es público y notorio, y la mesa ha declarado que no va a proceder a instalar la placa porque falta esa condición que juzgamos necesaria", matizó el presidente del Congreso.
Esta religiosa nació el 4 de noviembre de 1891 en uno de los edificios que actualmente ocupan las instalaciones del Congreso de los Diputados en la madrileña Carrera de San Jerónimo.
La polémica alcanzó su punto de más efervescencia ayer, cuando una cámara captó el momento en el que Bono decía a unos diputados en los pasillos del Congreso que había "mucha santa y algún malo", antes de insultar a los diputados de su propio partido.
El vicepresidente tercero del Congreso y promotor de la idea, Jorge Fernández Díaz, calificó de "sentido común" la decisión final de la Mesa, alegando que había faltado el "consenso elemental" necesario.
Por otro lado, según el portavoz de Esquerra Republicana, Joan Ridao, uno de los grupos más contrarios a la propuesta, con esta decisión la Mesa y su presidente "han confesado su pecado, pero lo que deben hacer es un propósito de enmienda de cara al futuro".
"El Congreso debe ser la institución más respetuosa con el pluralismo político y social, y eso implica que debe ser la primera que garantice la no confesionalidad y el respeto a todas las creencias", concluyó Ridao.
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