Este artículo se publicó hace 13 años.
El Consejo de Seguridad estrena 2011 con la crisis que vive Costa de Marfil
El Consejo de Seguridad de la ONU estrenó hoy el año 2011 con una reunión a puerta cerrada sobre el agravamiento de la crisis en Costa de Marfil, a la que el organismo internacional podría enviar hasta 2.000 efectivos más en los próximos días para evitar una nueva guerra civil.
Los miembros del máximo órgano de seguridad revisaron con el subsecretario general de la ONU para Operaciones de Paz, Alain Le Roy, la convulsa situación en el país africano, donde Laurent Gbagbo se niega a entregar el poder al presidente reconocido por la comunidad internacional, Alassane Ouattara.
El jefe de los "cascos azules" les expuso su intención de pedirles en los próximos días autorización para desplegar entre 1.000 y 2.000 efectivos adicionales en el país, donde ya se encuentran unos 10.000 soldados y policías de la misión del organismo mundial en Costa de Marfil (Unoci).
A la salida de la reunión, el presidente de turno del Consejo de Seguridad, Ivan Barbalic, expresó preocupación por la "fragilidad" de la situación en el país y la disposición de contemplar los refuerzos que solicite el departamento de Operaciones de Paz de la ONU (Dpko).
Al mismo tiempo, Barbalic resaltó que por el momento lo más importante es apoyar con firmeza los intentos de la Unión Africana (UA) y la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (Cedeao) de convencer a Gbagbo de que abandone el poder.
"Tenemos que dar todo nuestro apoyo a los esfuerzos de la UA y la Cedeao para que se encuentre una salida diplomática", insistió el presidente de turno del Consejo de Seguridad, quien declinó precisar si en las discusiones se habló de sanciones o del uso de la fuerza para forzar la salida de Gbagbo.
Las consultas que mantuvieron hoy los miembros del máximo órgano de Naciones Unidas también supusieron el estreno de sus cinco nuevos miembros no permanentes este año: Colombia, India, Alemania, Portugal y Sudáfrica.
Estos países fueron elegidos por la Asamblea General de la ONU el pasado octubre para ocupar durante el período 2011-2012 cinco de los diez asientos no permanentes en el principal foro de seguridad del organismo.
El deterioro de la situación en Costa de Marfil preocupa sobremanera a los responsables de Naciones Unidas, que temen la reanudación de la guerra civil que desangró al país entre 2002 y 2007 y lo dividió en dos partes.
Los mandos de la Unoci exigieron hoy a través de un comunicado en Abiyán el cese de "la campaña negativa" que, a su juicio, se lleva a cabo en los medios de prensa controlados por Gbagbo para incitar al odio contra los "cascos azules".
El Gobierno del hombre fuerte marfileño, que ha exigido la retirada de las tropas de la ONU y los soldados franceses que las apoyan, aseguró hoy que mantendrá el bloqueo del Hotel Golf de Abiyán, sede temporal de Ouattara, si los milicianos de las Fuerzas Nuevas (FN) que lo custodian no se retiran de la ciudad.
El complejo hotelero, protegido asimismo por 800 efectivos de la ONU, se encuentra cercado desde el pasado 16 de diciembre por las fuerzas leales a Gbagbo.
Tras su visita el lunes a Abiyán para tratar de resolver la crisis marfileña, los representantes de la Cedeao y la UA dijeron que Gbagbo se había comprometido a levantar "inmediatamente" el bloqueo del Hotel Golf.
Sin embargo, representantes de Gbagbo aclararon que sólo había dicho que estaba "dispuesto a estudiar las condiciones para el levantamiento del bloqueo".
Según los mediadores de la Cedeao y la UA, Gbagbo y Ouattara habrían también acordado reunirse "cara a cara" para resolver la crisis, pero ese extremo fue negado tajantemente por este último que consideró que las "conversaciones están acabadas" y exigió la intervención militar regional para que aquel le entregue el poder.
En caso de que Gbagbo no acceda a abandonar pacíficamente la Presidencia, la Cedeao mantiene la amenaza de enviar tropas para retirarlo y colocar en su lugar a Ouattara.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, habló el martes por teléfono con el presidente del presidente de la Comisión de la Unión Africana, Jean Ping, sobre el desarrollo de las gestiones regionales.
Según explicó hoy su portavoz, Martin Nesirky, el máximo responsable de la ONU reiteró su respaldo a la mediación encabezada por varios líderes africanos, así como su deseo de una solución pacífica.
"El punto clave aquí es que se debe respetar la voluntad expresada por el pueblo marfileño", agregó Nesirky.
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