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Los conservadores griegos se salvan de las llamas

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Los 66 muertos y las casi 200.000 hectáreas quemadas este verano en Grecia no pasaron ayer factura en las urnas al Gobierno del conservador Costas Karamanlis. Si se confirman los datos de los sondeos a pie de urna efectuados al término de la jornada electoral, su partido, el derechista Nueva Democracia, podría haber obtenido la victoria con el 42,2% de los votos. No se descarta tampoco que el actual Gobierno heleno pueda incluso lograr la mayoría absoluta. Para ello precisa tan sólo un 0,3% más de los sufragios que le atribuyen estas encuestas.


El principal partido de la oposición, el Movimiento Socialista Panhelénico (Pasok), liderado por Giorgos Papandreu, es el segundo partido más votado, con el 38,5% de los sufragios, según los datos recabados tras el cierre de los colegios electorales.


Este resultado es mucho más modesto de lo que esperaba el principal partido de la izquierda griega. Si se confirman estos datos tan magros, sería la demostración de lo que ya vaticinaban sondeos anteriores, celebrados durante la campaña electoral. Los resultados de estas encuestas indicaban que el Pasok no ha sabido capitalizar el descontento popular por la lenta reacción del Gobierno de Karamanlis a los incendios de este verano.


El gran beneficiario del voto de protesta parece haber sido una formación minoritaria de extrema derecha, la Alianza Ortodoxa Popular (LAOS), que con el 3,5% de los votos que le atribuyen los sondeos entraría por primera vez en el Parlamento del país.

Partido xenófobo


De cara a las elecciones, esta pequeña formación, conocida por las proclamas xenófobas de sus líderes, se envolvió en corrección política y moderó sus argumentos en contra de la minoría turca y, en general, de los inmigrantes musulmanes que viven en Grecia.
Del resto de los otros diecisiete partidos políticos que concurrían a estos comicios, tan sólo dos, que ya tenían representación parlamentaria, han obtenido algún escaño en el Parlamento griego. Estas dos pequeñas fuerzas políticas, situadas ambas muy a la izquierda del Pasok, son el Partido Comunista de Grecia, con el 7,5% de los votos, y la Coalición de Izquierda Radical, respaldada por un 5% de los votantes.


Ni los sondeos ni la compañía oficial de recuento de votos de las autoridades griegas habían proporcionado, al cierre de esta edición, datos sobre la participación. Cuatro horas después de la apertura de los colegios electorales, el 31% de los cerca de diez millones de electores griegos había ya depositado su voto, lo que indica una baja abstención. En Grecia, el voto es obligatorio, aunque no se castiga a quienes incumplen lo que se considera un deber cívico.


El Gobierno del conservador Karamanlis convocó esta elecciones a principios de agosto, seis meses antes de que concluyera la legislatura, confiado en unas encuestas que le situaban en el mejor momento de popularidad de los últimos cuatro años.
No contaba con los incendios que se empezaron a declarar días después, y que desa-taron las críticas contra el Gobierno. El Ejecutivo reaccionó aprobando ayudas por valor de 130 millones de euros.

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