Este artículo se publicó hace 15 años.
El consumo de productos petrolíferos caerá entre el 7 y 10% en 2009, según AOP
El consumo de productos petrolíferos cerrará el ejercicio con un descenso de entre el 7 y el 10 por ciento, lo nunca visto en los últimos 25 años, debido principalmente a la caída de la demanda de sectores como los de la construcción, la aviación o el transporte por carretera.
Estas son las estimaciones que baraja la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP), según informó a Efe su director general, Álvaro Mazarrasa, que subrayó que el sector mantiene sus inversiones pese al mal momento por el que atraviesa en términos de márgenes y ventas.
"La cosa va mal", dijo Mazarrasa, que explicó que el consumo privado ha caído menos que el industrial, cuya demanda se ha contraído considerablemente por la bajada de la actividad en sectores como la construcción, el turismo y el transporte.
Por ello, los mayores recortes de consumo se registran en los destilados medios (gasóleos y querosenos de aviación).
El descenso en el consumo de aviación es "espectacular" y una novedad porque siempre había registrado tasas positivas, salvo tras el 11-S y la guerra de Kuwait, sucesos tras los que remontó inmediatamente.
"Estamos viendo caídas del orden del 17 por ciento y los augurios para el verano son bastante malos según las previsiones de las compañías aéreas y los organismos internacionales", señaló.
En cuanto a los carburantes de automoción, en las estaciones de servicio ubicadas en carreteras y con una mayor dependencia de transportistas de mercancías y pasajeros, las ventas han caído entre el 25 y el 30 por ciento.
En las gasolineras urbanas, las ventas han bajado entre el 4 y el 5 por ciento porque el consumo privado "no se está comportando tan mal" debido al abaratamiento de gasolinas y gasóleo, que cuestan un 30 por ciento menos que hace un año, cuando el crudo marcó su precio máximo histórico.
Esto provoca que los márgenes de refino se encuentren en su nivel más bajo de los últimos cinco años y que "prácticamente hayan desaparecido", dijo Mazarrasa, que apuntó que, desde enero, los precios del crudo han subido más que los de sus derivados por la atonía del consumo.
Añadió que la actividad de las refinerías ha caído entre cinco y seis puntos porcentuales y han pasado de trabajar prácticamente al máximo de capacidad a producir "casi a pérdidas".
Pese a esta situación, "apostamos por el futuro y nuestro mensaje es de optimismo", dijo Mazarrasa, que recordó que las petroleras están haciendo un esfuerzo inversor "muy importante y a contraciclo" que arrastra a otros sectores, como la ingeniería o los bienes de equipo y que permite mantener y crear empleo.
Los productos petrolíferos seguirán siendo las principales fuentes energéticas, al menos hasta 2025, porque "hoy en día no ha sustitutos viables para garantizar la movilidad de personas y bienes".
En este sentido, destacó que los biocombustibles son un 70 por ciento más caros y su disponibilidad es limitada por la materia prima de la que provienen; en tanto que el coche eléctrico es todavía "una ilusión" y en los próximos años su uso será marginal.
"Seguiremos dependiendo de los productos petrolíferos y hay que garantizar el suministro", por lo que las petroleras mantienen su plan de invertir 6.000 millones de euros entre 2008 y 2010 para adaptar las refinerías a la demanda actual de carburantes y producir más destilados medios y productos de menor impacto ambiental, así como para mejorar su eficiencia energética.
"No se está retrasando ningún proyecto porque son inversiones estratégicas" y porque en el caso contrario, cuando se supere la crisis, "que se superará", se producirían problemas de suministro y más presiones en los precios.
Respecto al precio del barril de petróleo, explicó que la lógica dice que tiene que ser suficiente para garantizar las inversiones en la búsqueda de nuevos yacimientos, que cada vez son más costosos de explotar.
"Los mercados de futuro apuestan por un precio a largo plazo de 85 dólares por barril y tanto productores como compañías piensan que es un precio que garantiza mantener las inversiones. Podríamos ver precios de entre 60 y 70 dólares a corto", explicó Mazarrasa.
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